Como nunca, se da por un hecho la salida de Rubén Rocha Moya.
Supuestamente sólo falta saber si se va por las buenas o por las malas.
De poco le terminaría sirviendo el apoyo del narco expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Es más fuerte la presión del presidente Donald Trump, y Claudia Sheinbaum Pardo estaría finalmente convencida de que no puede seguir siendo su cómplice.
Ya es mundial el escándalo de que México está gobernado por los carteles del narcotráfico.
Las omisiones y complicidades de doña Claudia dan la razón al señalamiento que en ese sentido hizo el presidente de los Estados Unidos.
Por eso se trabaja rumbo a la “renuncia” de Rocha, en busca de un control de los daños.
Filtraciones desde palacio nacional revelaron que la presidenta mexicana ya tomó la decisión.
Que a su despacho llegó un expediente en el que se confirma que Rocha Moya se reunió con por lo menos cuatro capos de la droga.
Ismael “El mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero y dos hijos de Joaquín “El chapo” Guzmán.
Ese mismo reporte señala a los hijos del gobernador como miembros del narco gobierno y como operadores de la traición a “El mayo”.
Gobernador narco y asesino, hijos narcos y asesinos.
Qué bonita familia.
Las complicidades oficiales han durado mucho más de lo esperado.
Aunque Claudia corrija, cargará con el estigma de ser también una narco política que protegió al asesino hasta que se le agotaron las opciones.
TAPETE DE MIERDA QUIERE SER GOBERNADORA
Otra vez, y las que faltan, la farsante diputada morenista María Teresa Guerra Ochoa quedó exhibida como lo que realmente es: un tapete de mierda.
Muy comentada ha sido la madriza que le pegó el diputado emecista Sergio Torres Félix, de frente y en su cara.
Todo comenzó con la legisladora morenista asumiendo otra vez su papel de lacra social y política.
La vividora intentó una versión alterna de que en Sinaloa se vive “perfectamente bien”.
Tere Guerra dijo que hubo más asesinatos durante el sexenio de Mario López Valdez, en intento de aplaudirle al gobernador asesino.
La respuesta de Sergio Torres fue demoledora y brutal.
Primero la tachó de mentirosa.
Ahí está la información del Sistema Nacional de Seguridad, que deja en claro que usted miente, le refutó a doña Tere.
Le reclamó la falta de empatía del morenismo hacia los sinaloenses, abandonados en la violencia.
Con un remate que deja en claro que Sinaloa es un gobierno fallido.
Mienten con descaro al no reconocer homicidios, y ocultan el altísimo número de desaparecidos.
Merecido nocaut a esa miserable cómplice del gobernador asesino y traidora de los sinaloenses.