La excelencia fuera de contexto

La excelencia fuera de contexto

En muy poco tiempo, el viejo concepto de excelencia, se ha hecho masivamente popular.

Pero el concepto se encuentra ahora fuera de concepto. El contexto que corresponde a lo excelente es un ambiente de superioridad, lucha y exigencia que está muy lejos de ponerse de moda.

De la múltiple bibliografía surgida en torno a la excelencia y calidad, extraemos los puntos principales:

1.- La excelencia o calidad no se encuentra en las cosas sino en las personas ( las personas no resultan de calidad porque hagan cosas de calidad, sino que hacen cosas de calidad porque ellas mismas son de calidad)

2.- No es un estado en que algo o alguien se encuentra, sino una situación dinámica derivada de una continua superación.

3.- Esta superación secuencial no depende de la comparación con el estado de otros sino con un estado propio inmediatamente anterior.

4.- La excelencia o calidad no se procura por medio de golpes maestros, o de campañas extraordinarias, sino que ha de lograrse—si se logra— en el trabajo normal. No reside en las cosas grandes, sino en el cúmulo de cosas pequeñas.

5.- Se trata de aumentar la calidad de mis acciones y su resultado es un porcentaje continuo; no grande, ni pequeño, sino inenterrumpido.

6.- No es tan importante saber en qué campos debe mejorarse, cuánto al tener siempre delante de algo en que mejorar.

7.- A estos seis puntos, que se han hecho clásicos—al menos teóricamente— entre nosotros, es preciso añadir uno más ; es importante que en este deseo de excelencia se obtengan resultados, pero lo más importante es el exigirse para lograrlo.

En el momento actual es necesario subrayar algo olvidado: que aunque el objetivo de una acción no se consiga, el esfuerzo por lograrlo deja un sedimento en la persona tan positivo al menos como la misma meta pretendida.