La presidenta arremete contra “La Maldita y Corrupta Deuda”

La presidenta arremete contra “La Maldita y Corrupta Deuda”

Una carga heredada que limita el desarrollo: el gobierno destina 250 mil millones al pago de compromisos financieros de administraciones pasadas.

Este año, el gobierno mexicano destinará 250 mil millones de pesos al pago de deuda relacionada con inversiones en Petróleos Mexicanos (Pemex), adquirida durante las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. La presidenta Claudia Sheinbaum lamentó que estos recursos no puedan utilizarse en programas sociales, salud o infraestructura, y calificó esta carga financiera como “la maldita deuda corrupta” heredada de gobiernos anteriores.

Durante su conferencia matutina, Sheinbaum explicó que la deuda no puede ser ignorada ni postergada, ya que los vencimientos deben cumplirse. Señaló que si Pemex tuviera que asumir el pago por sí sola, los intereses serían mucho más altos debido al riesgo financiero que representa la empresa. Por ello, el gobierno federal ha intervenido para evitar un mayor impacto económico.

Para dimensionar el costo de esta deuda, Sheinbaum comparó los 250 mil millones con el presupuesto de obras públicas. Mencionó que un hospital cuesta alrededor de dos mil millones de pesos, mientras que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles tuvo un costo de 75 mil millones. Estas cifras ilustran cómo el dinero destinado al pago de deuda podría transformar sectores clave si se invirtiera de otra manera.

La presidenta cuestionó por qué el país debe seguir rescatando a Pemex, y atribuyó esa necesidad a las decisiones tomadas por Calderón y Peña. Reiteró que el próximo año Pemex enfrentaría por sí sola el pago de intereses, lo que sería insostenible sin apoyo gubernamental. Esta situación, dijo, es resultado de una política irresponsable que ahora afecta directamente al presupuesto nacional.

Sheinbaum reiteró que esta deuda representa un obstáculo para el desarrollo del país, ya que, a pesar de que los recursos están garantizados, el hecho de que se destinen a cubrir compromisos financieros en lugar de atender necesidades sociales genera frustración, agregando que el gobierno actual, aseguró, está comprometido con la transparencia y con evitar que se repitan errores del pasado.