Una tragedia que expone fallas institucionales y revive el debate sobre la protección infantil en EU
La muerte de Bryan Vásquez, un niño de 12 años con autismo que fue hallado sin vida tras un ataque de caimanes en una laguna del este de Nueva Orleans, ha conmocionado profundamente a la comunidad local. Su madre, Hilda Vásquez, de 34 años, enfrenta cargos graves y permanecerá bajo custodia sin derecho a fianza, según dictaminó un juez durante una audiencia judicial. La decisión se tomó en medio de una creciente indignación pública por el historial de negligencia que rodea el caso.
La Fiscalía del Orleans Parish reveló que tanto Hilda como su hijo recién nacido dieron positivo por cocaína en el hospital. Este hallazgo, sumado a antecedentes documentados de violencia doméstica y negligencia infantil, fue determinante para negarle la libertad condicional. Las autoridades consideran que la madre representa un riesgo para sus hijos y para la sociedad, por lo que se ordenó restringir cualquier contacto con sus tres hijos sobrevivientes.
Los documentos judiciales muestran que el Departamento de Servicios para Niños y Familias (DCFS) ya había investigado a Vásquez en múltiples ocasiones. En 2014, cuando Bryan era apenas un bebé de tres meses, sufrió fracturas de cráneo y piernas, además de una lesión cerebral traumática. Aunque fue declarada culpable de crueldad contra un menor, logró conservar la custodia de sus hijos, lo que ahora genera fuertes cuestionamientos sobre el papel del sistema de protección infantil.
La tragedia comenzó el 14 de agosto, cuando Bryan desapareció tras salir por la ventana de su habitación durante la madrugada. Imágenes de vigilancia lo captaron caminando cerca de una laguna, lo que activó una intensa búsqueda con apoyo de buzos voluntarios, drones y vecinos. Su cuerpo fue encontrado dos semanas después, sumergido en el agua y retenido por varios caimanes, lo que dificultó el rescate. Por seguridad, el Departamento de Vida Silvestre y Pesca de Luisiana retiró a los reptiles del área.
Actualmente, Hilda Vásquez enfrenta cargos por homicidio por negligencia y crueldad en segundo grado contra un menor. Los fiscales han señalado que la madre tardó varias horas en reportar la desaparición de Bryan, lo que agrava su situación legal. El caso ha reabierto el debate sobre la eficacia del DCFS y la responsabilidad institucional en la protección de menores en riesgo. Vecinos y activistas exigen respuestas, mientras la comunidad intenta procesar una tragedia que pudo haberse evitado.