Yusvely se despide del mundo a través de las redes sociales

Yusvely se despide del mundo a través de las redes sociales

Una confesión en Instagram, una llamada urgente y una ciudad que no la escuchó

El miércoles por la tarde, Puebla quedó en silencio tras el hallazgo del cuerpo de Yusvely, una joven venezolana de alrededor de 20 años y estudiante de la BUAP, sobre la Vía Atlixcáyotl; según reportes, se quitó la vida al lanzarse desde el puente que conecta el CIS con la zona de Angelópolis. El suceso conmocionó a la comunidad universitaria y a la ciudad, y abrió una puerta a preguntas sobre las redes de apoyo para estudiantes migrantes.

Horas antes, Yusvely publicó en Instagram una carta dirigida a su madre en la que, con un tono de dolor y resignación, pidió perdón por “haber nacido y quitado sueños” y denunció un abuso sexual cometido por su hermano, que según ella fue minimizado por su madre. La publicación incluía fotos tomadas ese mismo día con la misma vestimenta que llevaba al morir, y circuló rápidamente entre usuarios que dejaron mensajes de condolencia y llamados a no ignorar señales de alarma.

Testigos y reportes indican que Yusvely habló por teléfono con su novio minutos antes de arrojarse desde el puente; durante la llamada le dijo que estaba en el lugar y pensaba hacerlo, y aunque él intentó pedir ayuda, no alcanzó a impedir la tragedia. En el sitio, personal de transporte y testigos colocaron señalamientos para proteger el cuerpo y evitar que fuera arrollado por vehículos, mientras las autoridades iniciaban las diligencias correspondientes.

Más allá del episodio concreto, la muerte de Yusvely ha hecho que muchos reflexionen sobre la salud mental, el abuso sexual intrafamiliar y la falta de acompañamiento emocional entre jóvenes migrantes y estudiantes. El caso evidencia cómo la minimización de denuncias y la falta de escucha pueden agravar traumas y conducir a desenlaces fatales, especialmente cuando las redes de apoyo son insuficientes.

Las cifras elevadas de suicidio entre jóvenes en México y las barreras para acceder a atención temprana y especializada aumentan la urgencia de intervenir; colectivos feministas, la BUAP y autoridades estatales han pedido que se investigue a fondo el entorno familiar y psicológico de la joven y que se tomen medidas para prevenir casos similares. Organizaciones y activistas han insistido en que este no debe verse como un hecho aislado, sino como un síntoma de problemas estructurales en la atención a la salud mental y la violencia sexual.

Ante situaciones complicadas o de crisis, existen las siguientes líneas de apoyo: SAPTEL 800 472 7835 y Línea de la Vida 800 911 2000, ambas gratuitas y confidenciales las 24 horas. Nadie debería enfrentar su dolor en silencio.