¿Bad Bunny fuera del Super Bowl?

¿Bad Bunny fuera del Super Bowl?

Cuando el halftime se convierte en campo de batalla cultural: ¿gloria global o defensa de la tradición?

La noticia de que Bad Bunny lideraría el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LIX provocó múltiples reacciones en redes y en medios internacionales, que van desde la euforia y gusto por la presencia de un artista latino en el evento televisivo más grande del mundo hasta críticas que cuestionan su selección.

Una petición en Change.org, publicada el 1 de octubre por una usuaria identificada como Kar Shell, busca reemplazarlo por el veterano cantante country George Strait; hasta ahora la iniciativa ha reunido más de 79,000 firmas y apela a mantener el Super Bowl como un evento “familiar” y alineado con las tradiciones musicales de Estados Unidos.

La promotora de la petición sostiene que Bad Bunny “no representa los valores del público estadounidense” y que su estilo no encaja con el espíritu familiar del espectáculo, mientras que los defensores de George Strait destacan su carrera de más de cuatro décadas, sus 33 discos de platino y ventas superiores a 60 millones de ejemplares como aval de su idoneidad.

Para los seguidores de Strait, su repertorio —con éxitos como “Amarillo By Morning”, “Check Yes or No” y “Write This Down”— encarna una versión de la “América tradicional”: vida rural, trabajo duro y orgullo patrio; por eso lo ven como una opción más “auténtica” para el medio tiempo.

Ante la polémica, ni Bad Bunny ni George Strait se han pronunciado públicamente; fuentes vinculadas a la NFL y a Roc Nation mantienen que no hay intención de cambiar al artista y que la decisión se trata de aumentar la audiencia del Super Bowl diversificando su entretenimiento.

El debate, que también ha captado la atención de medios conservadores y organizaciones políticas, refleja tensiones culturales en Estados Unidos sobre identidad: mientras una parte celebra la participación de latinos en eventos masivos, otra aboga por mantenerse fieles a las raíces y tradiciones nacionales. Hasta el momento, la NFL mantiene su postura de que el espectáculo pertenece a una audiencia mundial y a Bad Bunny.