Exiliado por denunciar: cómo una filtración de datos convirtió a un organizador juvenil en fugitivo político.
Edson Andrade, conocido por su papel en la organización de la Marcha de la Generación Z, anunció que dejará su hogar y abandonará el país tras denunciar que, según él, el gobierno federal divulgó información que pone en riesgo su seguridad. En un video publicado en sus redes sociales, aseguró que desde el partido oficial se difundió la versión de que recibió grandes sumas de dinero para promover la movilización juvenil y que además se hicieron públicos datos personales como su domicilio y CURP.

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Detalló que la acusación surgió después de que Luisa María Alcalde vinculara su nombre con contrataciones del PAN en la Ciudad de México para servicios de estrategia digital, lo que, según Andrade, constituyó una exposición deliberada de su información privada. Denunció que esa revelación no solo busca desprestigiarlo, sino que lo coloca en una situación de vulnerabilidad frente al crimen.
Andrade afirmó que su labor se limita a la producción de contenidos institucionales y que no realiza trabajos partidistas relacionados con sus opiniones políticas personales, y puntualizó que comparte esas tareas con un equipo de jóvenes profesionales. Negó categóricamente haber recibido dinero por expresar sus posturas: dijo que le pagan por trabajar, no por alzar la voz, y aprovechó para cuestionar el patrimonio de funcionarios públicos.
El influencer afirmó que la persecución política alcanza también a periodistas, feministas, madres buscadoras y trabajadores del campo, y que ahora se dirige contra los jóvenes críticos del gobierno. Señaló que las protestas son criminalizadas y que quienes muestran la realidad del país son perseguidos, pero aseguró que, pese a eso, no permanecerán en silencio.
Sobre recursos legales, Andrade expresó que denunciar la filtración de sus datos sería inútil porque, según él, la investigación quedaría a cargo de la fiscal capitalina Bertha Alcalde Luján, hermana de la dirigente de Morena, y anticipó el nulo resultado de cualquier querella. Por ello explicó que, para protegerse, opta por salir del país y continuar su activismo desde el exterior.
Concluyó proclamando que no tiene nada que ocultar y que su único “delito” ha sido manifestar su inconformidad con la situación nacional. Afirmó que pueden sacarlo de su casa y de México, pero no apartarlo de la causa: se va para seguir luchando y aseguró que ya perdieron el miedo.