Incendio en Tai Po reaviva el debate sobre los andamios de bambú en Hong Kong

Incendio en Tai Po reaviva el debate sobre los andamios de bambú en Hong Kong

Detención de tres personas y hallazgo de paneles inflamables ponen en duda la seguridad de una tradición constructiva milenaria

Recientemente ha ocurrido una catástrofe en el distrito de Tai Po en Hong Kong, donde múltiples edificios residenciales se vieron afectados por un incendio. El incidente ha revivido un debate sobre la construcción de edificios, más específicamente sobre el bambú. Las causas del siniestro aún no son concluyentes; las autoridades han arrestado a tres sujetos vinculados a una empresa constructora, por presuntas negligencias graves.

Cuando ocurrió el incendio, el complejo estaba en remodelación y completamente rodeado por estructuras de bambú y redes de protección, elementos habituales en obras locales. Esa configuración, sumada a la actividad propia de los trabajos, complicó las labores de emergencia y obligó a evaluar cómo interactuaron los materiales de obra con la dinámica del fuego.

Los equipos de rescate hallaron paneles de poliestireno inflamables que bloqueaban algunas ventanas, y la Policía identificó el nombre de la constructora en esos paneles, un hallazgo que el director del cuerpo de bomberos calificó de “inusual”. Las autoridades investigan ahora si esos paneles, junto con lonas, redes y cubiertas plásticas, facilitaron la rápida propagación de las llamas por la fachada y los andamios.

El profesor asociado Xinyan Huang, del Departamento de Ingeniería Energética y del Entorno de la Construcción de la Universidad Politécnica de Hong Kong, advirtió que la orientación vertical de las cañas de bambú favorece la propagación ascendente del fuego, ya que ofrece poca resistencia al avance de las llamas. Esa explicación técnica ayuda a entender por qué, en ciertos incendios, el fuego se desplaza con gran rapidez por las fachadas protegidas con este tipo de andamiaje.

El uso de bambú en la construcción de Hong Kong es casi omnipresente y tiene raíces históricas que se remontan a la dinastía Han, hace alrededor de dos mil años; incluso rascacielos emblemáticos han recurrido a esta técnica por su flexibilidad, bajo costo y carácter sostenible. Durante décadas se ha considerado una tradición valiosa de la ciudad, apreciada por su eficiencia y por la pericia artesanal de quienes lo instalan.

No obstante, las preocupaciones sobre su inflamabilidad y el desgaste con el tiempo han impulsado un debate sobre su continuidad; la legislación local exige que los andamios cumplan directrices técnicas estrictas, incluidas propiedades ignífugas para redes y lonas. Este año la Oficina de Desarrollo anunció que la mitad de los nuevos edificios públicos deberán usar andamios metálicos para mejorar la seguridad laboral, y las cifras oficiales muestran 24 muertes relacionadas con andamios de bambú entre enero de 2018 y agosto de 2025; tras recientes incendios se mantienen inspecciones e investigaciones para verificar la calidad de los materiales y descartar riesgos estructurales.