El atacante, originario de Las Vegas, responsabilizaba a la NFL por una enfermedad cerebral y desató un tiroteo mortal en el corazón de Manhattan.
Un tiroteo sacudió la ciudad de Nueva York la noche del lunes cuando Shane Tamura, un hombre de 27 años originario de Las Vegas, irrumpió armado en un rascacielos de Park Avenue y abrió fuego de manera indiscriminada. El ataque dejó cuatro víctimas mortales antes de que el agresor se quitara la vida.
Entre los fallecidos se encuentra Dirarul Islam, agente de la policía de Nueva York que se encontraba prestando servicio como guardia de seguridad, además de Wesley LePatner, empleada del grupo financiero Blackstone. Dos civiles varones también perdieron la vida durante el ataque.
Según las autoridades, Tamura sufría problemas de salud mental y cargaba una nota donde responsabilizaba a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) por haber desarrollado encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad cerebral causada por impactos repetitivos en la cabeza, frecuentes en deportes de contacto.
El edificio donde se produjo el tiroteo alberga las oficinas centrales de la NFL. Aunque todo apunta a que el agresor buscaba esa ubicación específicamente, habría llegado por error a otro nivel tras tomar el ascensor equivocado.
El alcalde Eric Adams confirmó que la investigación sigue en curso para esclarecer los motivos detrás del ataque y verificar si hubo señales previas que pudieran haber alertado sobre el potencial riesgo. La comunidad neoyorquina permanece consternada ante el violento suceso y rinde homenaje a las víctimas.
