El británico cierra 2025 sexto en el Mundial tras un SF-25 inestable; descarta el retiro y apuesta por la nueva reglamentación en 2026
Lo que se vendía como el fichaje del siglo en la Fórmula 1 terminó convertido en la mayor decepción: el primer año de la unión entre Lewis Hamilton y Ferrari se saldó con la peor temporada del siete veces campeón desde su debut en 2007. La expectativa de devolver la gloria a Maranello se desvaneció rápidamente y la campaña quedó marcada por resultados muy por debajo de lo esperado.
Hamilton llegó a Ferrari tras varias temporadas lejos de su mejor versión y con la ambición de recuperar el ritmo perdido después de ceder el octavo título a Max Verstappen en 2021. Sin embargo, el SF-25 no respondió: desde el Gran Premio de Australia, donde apenas fue décimo, quedó claro que el monoplaza había retrocedido respecto al rendimiento de 2024, cuando Ferrari fue la segunda fuerza de la parrilla.
El impacto en la clasificación final fue histórico para el británico: por primera vez en su carrera terminó fuera del top 5, cerrando el campeonato en sexto lugar con apenas 156 puntos, muy por detrás de Charles Leclerc, que sumó 242 unidades. Esa distancia refleja no solo la falta de competitividad del coche sino también la incapacidad de encontrar soluciones consistentes a lo largo del año.
La inestabilidad del SF-25 impidió que Hamilton se adaptara y corrigiera los problemas; las imágenes de Abu Dhabi intentando domar el monoplaza fueron el epílogo de fallos recurrentes durante toda la temporada. La falta de ritmo en clasificación lo condenó a remontadas constantes, y en una F1 tan igualada como la de 2025 esas recuperaciones rara vez dieron frutos, con eliminaciones en Q1 que se repitieron en las últimas carreras.
Frente a este panorama, los rumores sobre un posible retiro se intensificaron, aunque el propio piloto descartó colgar el casco por ahora y confirmó su intención de cumplir el contrato para 2026. Con la nueva reglamentación —sin efecto suelo— Hamilton aspira a regresar a la pelea por el título y a conquistar ese ansiado octavo campeonato vestido de rojo; la temporada dejó algunos destellos, como la victoria en la sprint de China y el cuarto puesto en Emilia Romagna, pero su futuro competitivo solo se despejará con lo que ocurra el próximo año.