Construyamos México
El orgullo es un compromiso personal, una actitud que separa
a la excelencia de la mediocridad.
Nosotros, el hombre es dueño de la vida, ya que Dios concede tener libre albedrío; estamos dejando en este ir y venir dejar de percibir que la rutina y monotonía, muchas veces nos absorbe, caminando sin sentido, con angustia, soledad, sin disfrutar eso que todos los días nos rodea. Por eso, para lograr promover en nuestros hijos, hombres sanos, audaces, orgullosos de su propio deber y condiciones; nosotros debemos ser capaces de disfrutar cosas sencillas, comer en casa, hacer tareas, pasear en un parque o disfrutar los diferentes aspectos y detalles cotidianos.
Debemos admitirlo, hemos perdido, el sentido de la alegría y el entusiasmo por vivir, siempre creyendo que para ser felices necesitamos estar llenos de cosas materiales, la verdadera alegría está en bien ser para el bien-estar. Aceptando a los demás, saber escucharlos, valorando su forma de entender la vida; siempre que no vaya en contra de los derechos fundamentales de la persona; respetando nuestras diferencias, saber que somos distintos.
Promueve desafíos en tu vida, nunca te rindas, reorganízate, encuentra la determinación, información, conocimiento y la ayuda que requieras; cuando alcances tus metas, propón otras mayores, tienes recursos, habilidades y capacidades para lograr lo que sueñas, hacer la diferencia, lograr el cambio que te propones. El carácter se forja en los ideales emanados de un pensamiento claro y visionario; permitiendo que las cosas realizadas tengan ese algo de nosotros mismos, dejando huella imborrable en lo realizado, creado en principios y valores que se heredan cuando existe honestidad y humildad por sí mismo.
Porque podamos darle un sentido a nuestra vida.
Pd: Agradezco a nuestro colega periodista Humberto González, encontrar y promover este articulo por su vigencia; realizado hace una década exactamente…