Internacional

Aprueban bombas de cianuro para evitar sobrepoblación de animales

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Por La Gaceta.me 08 Julio 2020

M-44 es la denominación de unos dispositivos que Estados Unidos usa desde hace décadas para matar animales salvajes "por razones de protección".

La utilización en Estados Unidos de las trampas M-44 o M-44s para controlar la población de animales que algunos agricultores, ganaderos y cazadores consideran alimañas (fauna con efectos negativos para sus intereses, como los coyotes) fue autorizada hace un año por el gobierno de Donald Trump después de varios años de prohibición por motivos de seguridad.


Ahora, la polémica ha vuelto a la actualidad y se ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas, entre otros motivos porque se ha comprobado que este sistema no selectivo de control de la fauna está provocando la muerte también de perros. 


Los M-44 i M-44 S son dispositivos diseñados para atraer animales carnívoros, mediante un cebo, y luego proyectar sobre ellos dosis mortales de sustancias tóxicas tales como el cianuro de sodio. Por eso, se conocen con el nombre de bombas de cianuro. 

Oficialmente, los M-44 se utilizan “por razones de protección” y sólo pueden ser manipulados por personal especializado, además de señalizar claramente su ubicación para evitar incidentes en personas. 


Dispositivo M-44 con un cebo en la parte superior y un lanzador de veneno en la base, que se dispara cuando el animal olfatea o muerde el cebo (USN) 


El gobierno estadounidense las defiende y, de hecho, la administración Trump volvió a autorizar su uso en junio de 2019, a pesar de las múltiples peticiones de que sean suspendidas por el riesgo que conllevan, no solo para los animales sino también para las personas. 

La directora del programa de conservación de animales del Centro de Diversidad Biológica, Collette Adkins, explica en declaraciones a la BBC que diferentes grupos de defensa de la biodiversidad piden “una prohibición permanente a nivel nacional para proteger a las personas, las mascotas y la vida silvestre en peligro frente a este veneno”. 


La última campaña se lanzó hace unos días a través de Change.org y recoge firmas para pedir al presidente Donald Trump que prohíba el uso de estas trampas “ya que muchas vidas de animales se ven involucradas” y, además, “también puede ser peligroso para nosotros mismos”. Se tiene constancia, por ejemplo, del caso de un niño que quedo temporalmente ciego después de tocar una trampa que estalló. 


Además, las personas y colectivos que están en contra del uso de las M-44 señalan también que se trata de crueles dispositivos de matanza y defienden que hay otros métodos preventivos para controlar los animales salvajes. Asimismo, estas bombas acaban matando también animales no objetivo, tales como mapaches, zarigüeyas e incluso osos. 


Para el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), estas bombas de cianuro son útiles para controlar los coyotes, perros y otros animales que suponen una amenaza para el ganado y aves de corral. De hecho, a menudo son propietarios forestales, cazadores y agricultores los que reclaman el uso de estas bombas para poder poner freno a la presencia de depredadores. 


Las bombas se utilizan habitualmente en al menos 17 estados del país y matan cada año alrededor de 14.000 animales. Para el USDA, “representa una herramienta altamente efectiva en el manejo de daños de la vida silvestre”, según afirman en un informe realizado en respuesta a una evaluación de las trampas por parte de la Agencia Estatal de Protección Ambiental (EPA). 


Durante este proceso de evaluación, la EPA recibió casi 200.000 cartas en las que les pedían que las prohibiesen, Sin embargo, a finales de año se llegó a la conclusión de que las trampas se podían seguir utilizando, estableciendo nuevas restricciones de uso como que ninguna trama puede colocarse a menos de 100 metros de una vía pública o carretera y que debe estar convenientemente señalizada.