El abuso sexual infantil es un delito que se puede prevenir.
“Existe una gran brecha entre lo que sabemos de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes y lo que sabemos que se debe hacer. Sabemos que la violencia contra los niños a menudo causa daño físico y mental que dura toda la vida. También sabemos que la violencia reduce el potencial de los niños, niñas y adolescentes para aportar a la sociedad al afectar su capacidad de aprendizaje y su desarrollo social y emocional. Dada la importancia de los niños para nuestro futuro, nuestro conformismo con la situación actual no puede continuar, debemos colocar la ‘prevención’ de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes entre nuestras mayores prioridades” James A. Mercy, Junta Editorial del Estudio del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, lo afirmó hace ya más de una década y, sin embargo, está vigente.
El compromiso con la prevención es clave.
Prevenir la violencia para reducir sus consecuencias. No es un juego de palabras
El abuso sexual infantil es un delito que se puede prevenir. Como las potenciales víctimas son menores, para prevenir debemos primero alertar a los adultos encargados de su cuidado (padres, guardadores o docentes) y así llegar a ellos con medidas claras y sencillas, de fácil comprensión y que no apabullen o perturben. Medidas que deben ir de la mano de quienes confían. El propósito es que ellos tengan herramientas para su autocuidado. Es posible, que el lector de este aporte, observe a continuación una suerte de confusión que desde ya adelanto no es tal. Es decir, no se confunde la prevención con actuación en casos de ASI. Sucede, que cuando de abuso se trata, hay distintos grados como bien lo marca nuestro Código Penal. Es por esta razón que, podemos estar en presencia de un abuso sexual simple y si lo detectamos y actuamos en consecuencia, podemos prevenir un abuso sexual más grave: con penetración, o un gravemente ultrajante. Los autores de ASI tienen una perversidad tal, que pueden perpetrarlo a lo largo de años, por ejemplo con tocamientos, antes de llegar a la penetración (aunque muchas veces puede haber abuso sin contacto físico, postura a la que adhiero): estimulación de genitales, masturbación del adulto y/o del niño, voyeurismo es decir, la observación en situaciones eróticas de otras personas con el fin de obtener excitación/placer sexual por parte del autor del delito.
ALERTA. Los adultos deben estar en alerta para evitar que se consume un ASI. Para ello, inexorablemente tienen que saber que es altísimo el porcentaje que revela que los niños víctimas de abuso, lo son por miembros de su propia familia o por alguien cercano a su entorno. Los abusadores suelen entablar relación de confianza con los padres de su futura víctima. No es el propósito, claro está, implantar una paranoia, sino como indica el acápite: estar alerta.
DESCONFÍEN: Estos delitos se cometen cuando la víctima se encuentra a solas con su victimario. Deben tener cuidado con quienes dejan sus tesoros más preciados: sus hijas/hijos.
SUPERVISEN: Internet es una gran puerta de ingreso para los abusadores. A los adultos les incumbe supervisar su uso. El cómodo acceso y anonimato que facilita Internet ha otorgado partida de nacimiento al grooming o abuso sexual de menores a través de la red, que es conceptualizado como toda acción que tenga por objetivo quebrantar moral o psicológicamente a un niño, con el fin de conseguir su control a nivel emocional para un posterior abuso sexual. Es por ello, que se hable de un acoso sexual infantil. Dicha figura fue incluida en el Código Penal, art. 131, por Ley N° 26.904. (Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.) Enseñen a sus hijos a evitarlo y a denunciarlo desde el primer indicio. Enseña a tus hijos a evitarlo y a comunicarlo desde el primer indicio. Luego denuncia. Entre Ríos es una de las provincias que cuenta con investigadores/ras capacitados/as para investigar el grooming.
ESTEN ATENTOS: Las/os niñas/os ponen en evidencia que algo les está sucediendo. Deben los adultos, con detenimiento prestar atención a las señales, tanto físicas como emocionales. Ellos pueden presentar signos como irritación o inflamación genital, dolor abdominal. Cambios en su conducta que puede traducirse en retraimiento, rebeldía inexplicable. Comportamientos y lenguaje sexual, no compatible con su corta edad. Dejan de controlar esfínteres cuando ya lo había logrado. Hay actitudes llamativas, por ejemplo son los primeros a llegar a la escuela y los últimos en querer irse. Llegan a clase rengueando. Irrumpen en llanto sin razón aparente. Pueden presentar infecciones urinarias. Tiene pesadillas u otros problemas para dormir sin ninguna explicación. Se muestra distraído o distante. Pueden aparecer cambios en hábitos alimenticios. O incluso dejar de comer o aumentar el apetito. Otro indicador puede estar en los cambios repentinos de su estado de ánimo: furia, inseguridad o retraimiento. Miedo nuevo a ir a un determinado lugar o con determinada persona. Dibuja imágenes atemorizantes o sexuales. Refiere que tiene un nuevo amigo mayor que ella o él. Puede llamar la atención llegando a su casa con ropa, calzado, juguetes nuevos o dinero. Siente que es mala/o, que su cuerpo está sucio o que lo malo está en su cuerpo. Se comporta con lenguaje o muestra conocimientos sexuales propios de un adulto. Pero cuidado, no todos los menores abusados se manifiestan de igual forma, como tampoco la aparición de uno de los indicadores por sí, revelan la presencia de un ASI. Son muchas las voces que advierten que varios de estos indicadores se deben dar a la vez. Por otro lado, los indicadores en adolescentes varían, por ejemplo, se auto lastiman (cortes, quemaduras), presentan una higiene personal deficiente. Puede evidenciarse en abuso de alcohol o drogas, promiscuidad sexual. Intentos de suicidios, dietas o ingestas compulsivas, entre otros.
En lo personal, creo que la intervención de un/a psicólogo/a sería de extraordinaria ayuda en este punto, para no confundir situaciones o evitar la revictimización de quien se encuentra bajo este flagelo del ASI.
DIALOGUEN. El abusador manipula a su víctima y la hace callar. Mantienen el abuso en secreto. Muchos sienten vergüenza por eso no hablan. Otros están bajo amenazas de que algo malo le ocurrirá a un ser querido si dice lo que le sucede. O que si cuenta, el abusador dirá que fue “provocado”. Con los niños hay que hablar, adaptando el diálogo a su edad. Deben romper la barrera del silencio, ante la sospecha de que algo les está sucediendo. El diálogo para prevenir es fundamental, por lo que se debe crear en la familia un clima de confianza y apertura para que el niño o la niña pueda hablar de lo que le ocurre, le preocupa, le extraña, le molesta.
NO CASTIGUEN FÍSICAMENTE: Les hace sentir que su cuerpo es algo que puede ser agredido y sobre el que no tiene dominio. Si así lo siente, queda expuesto a las agresiones de cualquiera.
ENSEÑEN: “Mi cuerpo es mío. Nadie debe tocarlo sin mi permiso”. Si alguien llegara a hacerlo que grite muy fuerte ¡NO! De esta forma llamará la atención de un adulto y les advertirá que algo malo le está sucediendo ante otra persona, que bien podría ser, como se dijo al comienzo, alguien muy allegado a la víctima.
DÍGANLES que, aunque la mayoría de los adultos son buenos, no siempre es así. Que pude pasar que alguna persona conocida o no, quieran hacerles caricias malas. Gritar siempre ¡NO!, sea quien fuera. Como los abusadores muchas veces, para conquistar la confianza del niño o la niña, les hacen regalos, explicarles que pueden ser personas malas que le dan cosas para engañarlos. También que no deben abrir la puerta a extraños o ir a casas de desconocidos, o pasear con ellos sin el permiso de los padres o de quien esté a su cargo. Estos deben estar atentos y conocer las personas con las que el niño suele pasar tiempo.
EXPLÍQUENLES que hay secretos buenos y secretos malos. Los buenos son de cosas buenas, un regalo, una sorpresa. Dejarles como idea que, el secreto de algo bueno, es algo lindo, agradable. En cambio, los secretos malos son de cosas que te hacen daño. Por ejemplo que te toquen el cuerpo a escondidas o te hagan tocar el cuerpo de otro: es un secreto malo, y hay que contarlo enseguida. Como así que diferencie entre las caricias buenas y las malas. Las caricias buenas lo hacen sentir bien. En cambio, las malas lo hacen sentir mal, no gustan. Aquí también hay que enseñarles a que grite muy fuerte ¡NO!, por las mismas razones antes dadas.
ESCÚCHENLOS: Cuando el niño o la niña cuenten que están siendo víctimas de ASI, deben reprimir la incredulidad y -tarea no fácil- la furia. Si no lo hacen, el o la menor seguramente se retraerá, evitará respuestas y no volverá sobre el tema. Una regla de oro: creerles. Un niño o una niña pueden fantasear con muchas cosas, pero difícilmente lo hagan con ser víctimas de un abuso sexual.
ACTÚEN ANTE LA SOSPECHA: Es posible que su hija/o, o niña/o a su cargo, no sea la única víctima del abusador. Generalmente los abusadores tienen varias víctimas. Realizando la denuncia, es posible que salve a más de una víctima de ASI.
CONOZCAN Y HAGAN CONOCER: Que nuestra provincia, en el año 2009, fue la primera provincia en crear y aprobar un Protocolo Interinstitucional de Actuación en casos de Abuso Sexual Infantil (ASI), aprobado por Decreto 2405/10 del Ministerio de Gobierno y Justicia, del Poder Ejecutivo y ratificado por acuerdo N° 22 del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia. Al que adhirieran el Ministerio Público de la Defensa, Ministerio de Salud, Ministerio de Gobierno, Consejo Provincial del Niño, Adolescente y la Familia. Consejo General de Educación y Policía de Entre Ríos. Protocolo que debe ser conocido no solo por los operadores sino por todos nosotros para exigir, en el lamentable caso de fallar la prevención, su aplicación. En este punto es de resaltar la importancia del aporte (entre tantos) de las ONG, en la divulgación de las herramientas con que se cuenta y fundamentalmente cómo y cuándo deben ser utilizadas.
El año pasado, en el marco de la sanción de la Ley Provincial Nº 10.629, que adhiere al mencionado Protocolo; del trabajo continuo de las diferentes instituciones participantes y de la experiencia obtenida en todos estos años de implementación; han surgido nuevos aportes y consideraciones que fueron de utilidad a los fines de redefinir las competencias de cada organismo del estado provincial y fortalecer las articulaciones interinstitucionales en pos de la protección y el abordaje integral de los niños, niñas y adolescentes víctimas del abuso sexual.
NO PUEDE HABER MÁS EXCUSAS. FORJEMOS UN CAMBIO REAL:
Aplicación efectiva del Programa de Educación Sexual Integral (ESI)
La Ley 26150, promulgada en octubre de 2006 por la que se crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI), busca garantizar el derecho de todos los educandos a recibir ESI en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de todo el país. Dicho esto en el convencimiento -y lo reitero aquí una vez más- de que la educación desde temprana edad, con los contenidos adaptados, como ya están es de cardinal injerencia en la prevención, conforme el tema que nos convoca del ASI. Aquí, de cara a la prevención del ASI, destaco la importancia del Programa en todos sus niveles inicial, primario y primer ciclo del secundario y que el mismo sea transversal, es decir, que atraviese todas las asignaturas, porque se habrá acompañado en su proceso de crecimiento, desarrollo y aprendizaje a niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Sabemos que, la mayoría de los abusos sexuales son intrafamiliares o perpetrado por alguien del entorno más íntimo. La realidad también indica que, cuando estamos ante un caso consumado la prevención que podría haber brindado la familia, como lugar de protección, contención y afecto, se encontró ausente. Alguien, del entorno del menor, no advirtió los indicadores que evidenciaban que estaba inmerso en una situación de abuso. Entonces, que mejor que un docente, preparado, con los contenidos que ya están a su disposición dé herramientas a las niñas y niños y adolescentes para que ellos mismos sepan que su cuerpo es suyo, que nadie debe tocar sus partes íntimas, o para que, llegado el caso, puedan pedir auxilio y que sepan ante quien hacerlo.
Hace 13 años que cuestiones ideológicas y/o religiosas, impiden el acabado o efectivo cumplimiento de una ley que está vigente y es obligatoria. Inadmisible, si las estadísticas indican sobre el alto índice de niñas, niños y adolescentes abusados. Es desatender o no querer entender que la educación sexual integral no es una ideología sino, un derecho humano básico para los educandos.
El año pasado, en una escuela de General Roca, en Río Negro, luego de que una docente dictara contenidos de Educación Sexual Integral a sus alumnos y alumnas de cuarto grado (intimidad, cuidado de su cuerpo, etc.) surgió, al finalizar y por una encuesta escrita y anónima para que expresen sus dudas frente a lo hablado, que un maestro del grado realizaba tocamiento o roces indebidos al menos a nueve niñas. Intervino el Colegio, los padres y quienes realizaron la denuncia penal. En pocos días los casos detectados en distintos establecimientos educacionales de la ciudad, se elevaron a 15.
También fueron detectados casos en ciudades aledañas, que se investigan hoy día. Es fácil advertir la importancia de generar un espacio confiable para las niñas, niños y adolescentes. Eso es lo que brinda la Educación Sexual Integral.
El significado de prevenir es prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio. Ese daño (afectación ante un abuso a su indemnidad o intangibilidad) lo es en el proyecto de vida del menor. Traigo aquí una frase del Filósofo y doctrinario peruano Dr. Carlos Fernández Sessarego:
“Para proyectar se debe decidir. Decidir supone elegir un determinado proyecto, descartando al mismo tiempo otros proyectos alternativos dentro del inmenso abanico de posibilidades que se le presentan al ser humano en un momento dado de su historia personal. Decidir es, por ello, escoger o elegir entre diversas posibilidades para formular "un proyecto de vida": lo que se decide ser en el futuro. Sólo puede elegir quien es ontológicamente libre. Pero, para elegir, se requiere preferir esto sobre aquello".
El abusador, impide cualquier opción a las niñas o a los niños. Quien elige es él, con conocimiento y voluntad, quiere lo que hace y hace lo que quiere, con los más vulnerables dentro de los vulnerables. El daño al proyecto de vida lo sufren fundamentalmente las niñas, los niños, los adolescentes, pero también sus familias.
En nosotros está prevenir el daño del abuso, que este no se produzca y que sus proyectos de vida no se trunquen.
(*) Ex Vocal del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay; Docente Cátedra Derechos Humanos Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). /Análisis Digital.