Están detrás de Abre Más Los Ojos, la plataforma de divulgación de la campaña del próximo presidente, una estrategia que al concluir las elecciones tuvo alrededor de 98 millones de impactos sin invertir un sólo peso para pautar sus mensajes.
Los candidatos presidenciales gastaron alrededor de 106 millones de pesos para la elaboración y transmisión de sus mensajes a través de redes sociales, pero para impactar al electorado mexicano es más eficaz generar contenidos creativos y con información clara que la cantidad de dinero que se inyecta para impulsar el alcance de éstos.
De ello están convencidos los creativos del equipo multidisciplinario Abre Más Los Ojos, la plataforma de divulgación de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, una estrategia que al concluir las elecciones tuvo alrededor de 98 millones de impactos -sólo a través de Facebook-, sin invertir un sólo peso para pautar sus mensajes.
“(Abre Más Los Ojos) se convirtió en la campaña electoral más interesante en la historia de México, hasta la fecha no había una que hubiera logrado cambiar la intuición. En lugar de meter lana a muchos espectaculares o hacer lo que hacía Ricardo Anaya que pasaba un video muy malo y le metía millones a la pauta, nosotros hicimos lo contario, ni un solo centavo y capturamos la conversación”, asegura Alberto Lujambio, editor y escritor que domina la conversación en una entrevista de Forbes con cinco hombres que integraron este equipo de trabajo.
Diseñadores, productores multimedia y copy creativos conforman este grupo, que a golpe de vista da la impresión de ser más una banda de rock que un equipo de trabajo enfocado en dar un giro a la campaña electoral del candidato, que en algún momento fue reconocido como “un peligro para México”.
El equipo, de aproximadamente 30 integrantes, se conformó bajo la tutela de Tatiana Cluothier, quien fungió como coordinadora de la campaña de “Ya sabes quién”, como se describe a sí misma en su cuenta oficial de Twitter; y Juan Pablo Espinosa, director de estrategia digital en diversos proyectos.
En un país en donde los spots de campaña se repitieron hasta 23 millones de veces en medios de comunicación tradicionales y generaron rechazo por parte de la población debido que reproducían mensajes poco creativos, el colectivo de Abre Más Los Ojos dio un vuelco a la forma de hacer mercadotecnia política, coinciden sus miembros.
Contrario a la tendencia de generar mensajes simples, cortos y repetitivos, a través de esta plataforma se elaboraron “herramientas” para informar claramente las propuestas de campaña de López Obrador, algo que ni el propio candidato pudo hacer de forma efectiva en espacios como los debates presidenciales, según criticas de sus opositores.
“Demostramos que la gente en una elección sí está buscando contenido complejo, ambicioso y con profundidad”, señala Lujambio.
Pese a la “profundidad” de los mensajes era importante no sacrificar la interactividad o la emocionalidad de los mensajes, subrayan los responsables de la elaboración de publicaciones como Pejenomics, NaturaAMLO y Femsplaning, tres de los seis manuales que se distribuyeron en ejemplares físicos y digitales, estos últimos alcanzando más de 150,000 descargas.
La estrategia fue establecer “una nueva marca” a través de la cual se pudiera comunicar el proyecto de AMLO sin utilizar el distintivo de Morena y con el objetivo capturar la atención de los indecisos o contrarrestar la guerra sucia, aunque los contenidos de comunicación estaban dirigidos a todo tipo de público.
“La campaña tiene tintes transmedia, es decir, de lo digital a manuales, actividades físicas como las rodadas en bicicleta y empezó a permear en distintos medios. Nuevas narrativas de hacer publicidad, que ya no es el spoteo constante con la cara del candidato que precisamente los jóvenes estábamos hasta el gorro, la idea era hacer un contenido más digerible”, apunta Rodrigo Aroca, productor transmedia.
De acuerdo con Carl Forssell, el encargado de encabezar al grupo que elaboró el contenido gráfico de esta campaña, Abre Más Los Ojos presentó mensajes adaptados para un electorado en 2018 a diferencia de los otros candidatos presidenciales que desplegaron estrategias de 2006.
Su mantra era “hacer algo que la gente quiera compartir”. Y así fue, la cuenta de Twitter de esta campaña alternativa cuenta con más de 62,000 seguidores y los impactos de los mensajes se contaban por miles, lo mismo ocurría con su cuenta de Facebook con más de 164,000 miembros, de los cuales, aseguran, ni uno pertenece a los ejércitos de bots que se identificaron en este proceso electoral.
Tan seguros están del impacto positivo de la campaña que cuentan con gracia como durante las elecciones colombianas el partido de derecha plagió la idea, así como la identidad de los mensajes.
“Creo que la campaña nos enseñó que es necesario entender y no querer imponer a la gente una visión, por ejemplo, la visión de las aplicaciones o el coche eléctrico que a todo mundo le caía mal de Ricardo Anaya o del burócrata de José Antonio Meade, esta campaña estaba viva y le dimos a la gente herramientas elaboradas y creativas para su consumo y para replicarlas”, afirma Lujambio.