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Freddie Mercury: Así fueron sus vibrantes años en Múnich

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Por La Gaceta.me 25 Noviembre 2021

“Flamíger”, “Ninguna otra palabra describe mejor a Freddie Mercury”, escribió el autor Nicola Bardola en la introducción de su biografía “Mercury en Múnich. Sus mejores años”.

 

El 24 de noviembre de 1991 falleció el artista por complicaciones relacionadas con el sida, solo un día después de haber anunciado públicamente que había contraído el VIH. Hasta ese momento había guardado silencio sobre su enfermedad, a pesar de los rumores que circulaban.

 

El germanista y escritor Nicola Bardola ha escrito una extensa biografía sobre la estancia de Mercury en Múnich, en donde cita al cantante al principio: “He encontrado un lugar, que se llama Múnich, donde realmente puedo caminar por las calles”.

 

El grupo Queen ya había conseguido su primer número uno en Reino Unido en 1975 con “Bohemian Rhapsody” y ya no era un desconocido en Alemania. Sin embargo, a pesar de la fama, a Mercury lo dejaban en paz en Múnich. Fue ahí donde encontró refugio y experimentó un despertar artístico.

 

El autor Bardola dijo en una entrevista que Freddie cambió mucho en Múnich, “estuvo aquí por primera vez en 1974. Fue el primer concierto de Queen en Alemania, y entonces reconoció que Múnich era una ciudad atractiva”.

 

Fue en esa ciudad donde Mercury se sintió atraído por la vibrante escena musical. A él y a sus compañeros de la banda les gustaban especialmente los estudios Musicland.

 

Pero no solo eso le fascinaba al artista, “a Freddie también le gustó mucho la actitud liberal de Múnich respecto a la homosexualidad”, para ese entonces, Mercury ya estaba separado de su novia, Mary Austin. Para ese momento ya le había confesado que era gay, pero no había salido oficialmente del closet.

 

“Allí se podría vivir libremente, también moverse libremente, sin miedo a la persecución, como en otras ciudades. Había muchos clubes gay, discotecas y bares que a Freddie le gustaba visitar.

 

En 2020, la ciudad de Múnich honró al icono del rock dando su nombre a una calle, en el “barrio creativo” de Neuhausen. Así sigue sin ser olvidado incluso en Múnich, donde se sintió como en casa durante seis años.