Los residente de Argentina conviven con una inflación interanual del 52.1%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.
La tercera economía de América Latina tiene casi cinco veces más inflación que el país más grande la región, Brasil, con el 11.1%, y más de ocho veces la de la segunda economía, México con el 6.2%, de acuerdo a lo que indican los índices de precios al consumidos en octubre de esos países.
Tener costos que aumentan 11% cada semana en promedio, pulveriza los ingresos de los argentinos, y es uno de los motivos principales por los que se ha disparado la pobreza, que hoy alcanza a entre 42% y la mitad de la población.
Aunque una inflación mensual cercana al 4% suena descomunal en muchos otros países, donde ni en todo un año alcanza esa cifra, Argentina ha tenido aumentos de precios mucho más vertiginosos en los últimos 50 años.
Economistas ortodoxos aseguran que ese problema en Argentina surge porque el país sistemáticamente gasta más de lo que debería. La estadística lo muestra con claridad: en los últimos 60 años, solo hubo 6 sin déficit fiscal.
Organismos como el FMI y muchos economistas, como Dal Poggetto, creen que la solución es corregir el problema de fondo. Es decir, reducir el gasto.
El tema es cómo hacerlo sin golpear aún más a una población ya abatida, y sin generar las crisis de gobernabilidad que se vivieron en otros países que quisieron ajustar el gasto, como Colombia y Ecuador, afirma.