¿Los migrantes son clave para la económica de su país destino?, denuncian discriminación y xenofobia
Por Eduardo Loya 04 Marzo 2024
Estudios realizados por la ONU demuestran que poblaciones que se desplazan hacia otras naciones aportan fuerza laboral
Los desplazados forzosos en América Latina y el Caribe pueden contribuir significativamente a las economías donde viven si tienen la oportunidad, pues cubren importantes lagunas en los mercados laborales locales e impulsan la demanda de bienes y servicios, lo que puede aumentar los ingresos fiscales y elevar el Producto Interior Bruto de los países receptores.
Una agencia de la ONU y el Banco Mundial han llevado a cabo dos estudios que destacan cómo políticas específicas pueden facilitar el acceso de refugiados y migrantes a mercados laborales formales y servicios esenciales como educación y salud. Esto les permite contribuir de manera más efectiva a sus países de acogida.
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Señalan, por ejemplo, que “el éxodo venezolano parece haber tenido un efecto positivo en el crecimiento económico de la región, gracias a la oferta adicional de mano de obra y al impulso de la demanda”, por lo que existe demanda por mano de obra venezolana en los mercados laborales locales: en Ecuador, Perú y Chile, más de 80% están empleados.
Sin embargo en muchas de las ocasiones no les hacen válidos sus títulos profesionales y realizan trabajos de menor calificación a lo que realizaban en Venezuela.
“La contribución de los venezolanos a la economía podría ser mayor si se pudiera aprovechar por completo las competencias y calificaciones en los países de destino”, señalan los análisis.
De igual manera ponen sobre la mesa cómo la discriminación y la xenofobia puede repercutir de manera negativa en la inclusión socioeconómica de refugiados y migrantes, mermando su propósito de acogida.
Uno de los principales limitantes para la pertenencia de los venezolanos en su país de origen es la actividad religiosa, a pesar de compartir lazos culturales e idioma.
Entre el 26% y el 40% de los venezolanos en los cuatro países de acogida experimentaron discriminación, especialmente mujeres y jóvenes.
Por tanto, las Naciones Unidas sugieren promover políticas para fomentar la cohesión social, prevenir la exclusión y reducir los efectos negativos en las poblaciones locales que pueden sentirse amenazadas por los migrantes.