A la cena en Palacio Nacional acudió el empresario Carlos Slim, también Emilio Azcárraga y María Aramburuzabala.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que durante la cena de ayer en Palacio Nacional lograron compromisos con 75 empresarios por mil 500 millones de pesos, que equivalen a más 3 millones de boletos de la rifa del avión presidencial, cuyas ganancias servirán para comprar equipo médico.
“Ayer ya obtuvimos compromisos de dispersión, compra de boletos por la mitad de los 3 mil millones que estamos pensando obtener”.
Además, dijo que otros empresarios podrían sumarse ya que no pudieron asistir a la reunión de ayer.
El mandatario sostuvo que se firmaron cartas compromisos, en ella los empresarios dejaron su datos para que a finales de este mes se les entreguen las series de la rifa.
Ellos decidirán qué hacer, unos van a a distribuirlos con otras empresas, otros los van a vender en sus comercios, en sus bancos, otros los entregarán a sus trabajadores o promoverán sus productos, dijo.
“Les tengo que agradecer mucho a los empresarios por asistir, no hubo desaires, los convocamos y participaron, se les hizo una exposición del por qué de tomó la decisión de hacer la rifa”, sostuvo esta mañana en conferencia de prensa.
Detalló que en la reunión también se habló de que los servidores públicos no puede tener aviones de lujo, helicópteros privados, “debemos vivir en austeridad, en la justa medianía como propone el presidente Juárez”.
“La rifa es un acto aleccionador para que nunca jamás nadie se atreva a ofender de esa manera (comprando un avión costoso) al pueblo de México , y se terminen esos excesos”.
Cena con empresarios
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció la noche de este miércoles una cena a empresarios -les dieron chocolate y tamales- en Palacio Nacional para pedirles que cooperen en la rifa donde habrá premios equivalentes al valor del avión presidencial, y cuyas ganancias servirán para comprar equipo médico.
Algunos de los invitados confirmaron que se les entregó una carta compromiso, con opciones de cuatro montos para cooperar en la rifa, aunque no había obligación de firmarla.
Al evento acudieron empresarios como Carlos Slim, Emilio Azcárraga, María Aramburuzabala, Antonio del Valle, Olegario Vázquez, Miguel Alemán, Carlos Peralta, Miguel Alemán Velasco, Miguel Alemán Magnani y el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar.
En fotografías difundidas por presidencia, se observa que fue colocada una tómbola, como la que se usa en los sorteos de la Lotería, junto a una mesa donde se ubicaron empresarios, el presidente López Obrador e integrantes de su equipo de gobierno, Alfonso Romo.
Aunque el billete del sorteo que se realizará el 15 de septiembre en la sede de la Lotería Nacional tiene la imagen del avión presidencial que el gobierno de López Obrador no ha logrado vender, los 100 cachitos ganadores no obtendrán el avión, sino un premio de 20 millones de pesos.
Humberto Garza, director general de Famsa, dijo que durante la cena les pusieron sobre la mesa un documento con opciones o “sugerencias” para cooperar, comprando cierta cantidad de boletos para la rifa, aunque no había obligación de firmarlo. Él dijo que no se comprometió a hacer ninguna aportación, por ahora, que lo va a pensar.
Benjamín Hernández, de Grupo Vitro, dijo que sí se comprometió a cooperar con 300 mil pesos en la rifa.
Bosco de la Vega, del Consejo Nacional Agropecuario, contó que depositaron en “una urna” la carta compromiso de cooperación. Él dijo que era “confidencial” el monto de su cooperación. “Hubo buen ambiente, disposición para coadyuvar”, expresó. “México tiene un problema de salud, tiene un problema de equipamiento, y el tema es cómo los empresarios nos sumamos con el gobierno para mejorar la situación”.
Antonio Suárez, dueño de Tuny, dijo que le comprará a sus empleados 3 mil cachitos.
Francisco Cervantes, presidente de la Concamin, dijo que a “nadie se le dobló la mano”, es decir, que a nadie se le forzó a participar en la rifa. Cuestionado sobre si al comprar cachitos podría haber una deducción de impuestos, respondió: “Puede ser, no sabemos”.
Cervantes contó que hubo aplausos para el presidente, incluso de pie, cuando en la cena habló de que ya no eran tiempos de excesos, como el del avión presidencial. /Animal Político.