Asegura que si queda en libertad va a seguir asesinando mujeres.
Escalofriantes declaraciones hizo el monstruo de Ecatepec, al señalar de manera cínica que la carne y los corazones de las mujeres que asesinaba y descuartizaba, se los daba a sus perros para que comieran carnita. Advirtió que sí logra obtener su libertad, seguirá matando mujeres. “Yo estoy bien; lo que hago está bien; lo que hago está bien. Estoy limpiando el mundo y lo que hago está bien”, aseguró.
Ahí, sentado en una silla; con los candados metálicos puestos en sus muñecas y sin arrepentimiento, confiesa la forma en que cometía sus horripilantes asesinatos.
“Prefiero a que mis perritos coman carne y los corazones de las mujeres que asesine a que ellas sigan respirando de mi oxígeno, de mi oxígeno”. Así de manera cínica y contundente lo manifestó Juan Carlos “N”, quien ya es conocido como el Monstruo de Ecatepec, en sus primeras declaraciones ante el agente del Ministerio Público, ante quien advirtió que en caso de que por algún motivo pudiera obtener su libertad seguiría matando mujeres, porque a todas las odia.
En un video que fue filtrado, el feminicida reitero que el odio que sentía hacía las mujeres se dio primeramente porque a la edad de 10 años su madre lo dejaba encargado con una mujer que lo trataba muy mal y que abusaba sexualmente de él, pues lo obligaba hacer cosas que a su edad no le agradaban como era la de tener sexo oral y relaciones sexuales.
Mientras que dicha mujer supuestamente lo “cuidaba”, dijo, su madre, a quien no bajaba de ser una mujer fácil, salía con diferentes hombres, mientras que su padre trabajaba y no solo eso sino que mantenía relaciones sexuales con dichos hombres, en su misma casa, delante de él y eso causaba en él un gran enojo y odio hacía todas las mujeres, pues pensaba que todas eran iguales.
Este odio que sentía hacía las mujeres, dijo, se agudizó aún más, después de que su pareja sentimental, una mujer a quien identificó como Mónica “N”, lo engañó y se fue con otro hombre y a partir de ese momento surgió en él la idea de matar a toda mujer que se encontrara en su camino, pues, afirmó: “si yo no fui feliz nadie lo va ser”.
Al ser cuestionado en torno a su actitud y el deseo por matar mujeres, el desequilibrado sujeto, dijo que primeramente lo hacía porque las mismas mujeres no lo dejaban dormir, luego porque las odiaba a todas y finalmente porque sentía una enorme necesidad por hacerlo.
De manera categórica reitero que no se arrepentía de lo que hacía y a pregunta expresa de que si había recibido algún tratamiento o ayuda psicológica para superar su problema, un tanto enardecido contesto que no porque no estaba loco e indicó, “yo estoy bien, lo hago está bien, lo que hago está bien, estoy limpiando el mundo y lo que hago está bien”.
Dijo que durante varios años se escondió de la policía, pero finalmente fue descubierto cuando llevaba en una carriola restos humanos de varias de las mujeres que había asesinado y después todo “se a cabo” cuando la misma policía entró a su casa y descubrió varios de los corazones de sus víctimas, mismos que se los daba a su perro para que se alimentara.
Después de una entrevista que duró alrededor de media hora, el feminicida fue ingresado a su celda y al otro día ante sus escalofriantes confesiones, muchas de las cuales ya había hecho a elementos de la policía ministerial, fue consignado junto con su esposa al penal de Chiconautla, donde quedó a disposición de un Juez de Control, quien el pasado domingo decreto su legal detención y que seguramente después de un proceso lo va sentenciar a varios años de cárcel, pues no tuvo empacho de confesar todos sus aberrantes crímenes.