¿Qué hay detrás de las llamadas telefónicas a nombre de Juan Alfonso Mejía?
Por Humberto González 03 Noviembre 2020
El reclamo directo que le hicieron al secretario de Educación por "fastidiar" con ese tipo de estrategias que solo buscan posicionar su nombre
El reclamo fue directo: el conocido geofísico Juan Espinosa Luna dijo estar “fastidiado” por estar recibiendo llamadas telefónicas para promocionar el nombre del secretario de Educación en Sinaloa, Juan Alfonso Mejía.
A través de sus redes sociales dio a conocer el número telefónico 667 510 0325, desde donde le han estado llamando para promover al funcionario estatal, quien ha dicho en varias ocasiones que buscará ser candidato a gobernador de Sinaloa.
“Estoy fastidiado de recibir llamadas de este número con propaganda del secretario de educación pública de Sinaloa. Hoy ya van 3. Alguna autoridad electoral que regule esto, que es molesto y no me interesa…”, publicó en Facebook Espinosa Luna.
Rápidamente, usuarios de redes sociales le recomendaron varias formas de evitar ser molestado con ese tipo de propaganda política.
Sin embargo, más de allá de buscar limitar estas llamadas, valdría la pena analizar el tema, porque este tipo de estrategias representan, además de invasivo, un engaño para la gente, porque no buscan generar confianza ni establecer algún liderazgo, simplemente pretenden que la gente sepa o conozca su nombre.
Y aunque el secretario Juan Alfonso Mejía se ha deslindado de esta estrategia, la realidad es que tiene que ser “alguien” muy cercano, ordenado por el mismo funcionario, el que está utilizando su nombre con fines meramente políticos.
Además, con este tipo de campañas, queda claro que en el PRI no han aprendido la lección, porque pretende seguir jugando con la gente, disfrazando posibles candidatos.
Pareciera pues, que el PRI es incapaz de reformarse, de hacer las cosas de frente, diciendo abiertamente cuales podrían ser los posibles candidatos y entonces sí, escuchar el sentir de la gente y de su propia militancia para tomar una decisión.
Los tiempos ya cambiaron, pero el “viejo” PRI, el de las imposiciones, de los candidatos a modo, el del dedazo, se niega a morir.
Cabe aclarar que esto va más allá de la persona, es decir, no es Juan Alfonso Mejía… son las prácticas, los modos, son aquellos “asesores” o estrategas rancios que se niegan a cambiar su manera de trabajar y de pensar.