Opinion

10 JUNIO 2020

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Por Jaime González 10 Junio 2020

ESTÁ ESCRITO 037

El domingo 6 de junio de 2021, los ciudadanos llegaremos a las urnas después de haber padecido una pandemia que desnudó al sistema de salud y a la economía de México. Como cada tres años, se renovará la Cámara de Diputados con sus 500 diputados, pero habrá, además, elecciones locales en diversas entidades federativas.

Será la primera vez que, de manera simultánea, se elijan 15 gobernadores, además de 30 congresos locales y mil 869 de los 2 mil 457 ayuntamientos del país. De acuerdo con la ley, el proceso electoral federal deberá iniciarse el próximo 1 de septiembre, aunque no puede descartarse un retraso causado por los efectos de la contingencia sanitaria, razón por la cual en Sinaloa se modificó la fecha de la emisión de la convocatoria por el Congreso del Estado. 

El Instituto Nacional Electoral, prevé que participen potencialmente 96 millones de electores.

En esta elección, se elegirán 3528 representantes populares, mientras que el 2018, fueron electos 3226.

Desde hace cuatro sexenios, las elecciones intermedias han representado un gran reto para el gobierno en turno.

En 1997, el PRI perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados, así como las gubernaturas de Querétaro y Nuevo León y la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal. En 2003, el PAN perdió ocho puntos en los comicios para renovar la Cámara de Diputados y tampoco pudo retener el gobierno de Nuevo León.

En 2009, Acción Nacional quedó en segundo lugar en la elección legislativa ante el PRI, que además le arrebató el codiciado “corredor azul” en la zona conurbada del Estado de México y la gubernatura de Querétaro.

En 2015, el PRI logró la mayoría en San Lázaro, por primera vez desde 1997, pero a cambio perdió tres gubernaturas: Michoacán, Nuevo León y Querétaro.

Como se ve, para el partido del gobierno no ha sido sencillo presentarse en las urnas luego de los primeros tres años del sexenio.

El presidente Andrés Manuel López Obrador habló por primera vez de los comicios del año entrante. En un video grabado en Palenque, el mandatario expresó lo siguiente: “Vienen, el año próximo, las elecciones para renovar el Congreso. Ahí la gente va a votar si quiere que regrese el conservadurismo, que regrese la corrupción, que regresen los privilegios”.

No parece, pues, que López Obrador quiera mantenerse ajeno a las elecciones intermedias y los comicios locales, especialmente los de gobernador, ahora que algunos mandatarios estatales se han convertido en las principales figuras de la oposición.

Probablemente sabe que, si el oficialismo pierde la mayoría en San Lázaro, su agenda de cambio se verá interrumpida y, por si fuera poco, eso envalentonaría a sus “adversarios” para buscar destituirlo en la consulta para revocación del mandato que, de ser activada por los ciudadanos, ocurriría en 2022. Seguramente pensando en eso, es que ha reemprendido sus giras por el país.

Además de ello, ya dio a conocer la existencia de un Bloque Opositor Amplio, conocido ya como BOA, de la cual dijo que no sabía si era cierto o no, pero como su pecho no es bodega, lo daba a conocer.

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