Opinion

24 octubre 2019

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Por Carlos Avendaño 24 Octubre 2019

–Sin Redundar-

Se puso caliente Sinaloa. Se armó la tracatera en Culiacán capital sinaloense. Como nuestro estilo de investigación es meramente político, tan solo daré algunas apreciaciones del tema policiaco, sobre lo acontecido el día jueves 17 de octubre respecto al narcotráfico en México, y en el caso especial que nos ocupa, será obviamente del caso: Sinaloa. Dilucidemos el asunto en cuestión. Reza un refrán popular que dice al calce: “Dale a un ratón un pedazo de pan, y al rato, te pedirá un vaso con leche”. El punto principal de toda esta historia es que, si le das una galleta a un ratón, vendrán reacciones en cadena, del cómo una acción nos lleva a la siguiente generando una relación: causa-efecto. Pero esto pudiera verse de una manera muy dura, pero lo estamos aprendiendo a través de la historia en la que un ratón hace la vida imposible a alguien que quiere satisfacer todos sus deseos. Innegablemente que tan solo el título nos dice la primera acción: una persona le da una galleta a un ratón y ¿Cuáles son las consecuencias? pues evidentemente que son muchas y muy variadas: al darle una galleta a un ratón… posteriormente te pedirá un vaso de leche, y una vez que le hayas dado el vaso de leche, posiblemente te pedirá un sorbete más. Cuando haya terminado te pedirá una servilleta para limpiarse... también y de pasada, querrá un espejo que le asegure de que está limpio, etc. Y así seguirá pidiendo la galleta y el vaso de leche, cerrando el ciclo y abriendo otro nuevo cada día más. No podemos dejar pasar desapercibido algo que hemos estado reflexionando desde ese día negro hasta que por fin se empezaron a mirar las cosas más claras y con mayor calma. Culiacán vivió uno de esos días de los que nadie quisiera se volviera a repetir nunca jamás. Vaya que todos los temores habidos y por haber convertidos en terror y en pánico se hicieron realidad entre las calles de la ciudad capital de Sinaloa, en donde la delincuencia organizada se puso al tú por tú con las autoridades y quedó más que demostrado que en cualquier momento pueden hacer lo que se les venga en gana hasta hacerle daño a la propia sociedad que nada tiene que ver con sus mugrosos negocios. Innegablemente que la manera en que actuaron las autoridades dejó demasiado que desear, desde el fallido operativo, así como la pésima comunicación entre el gobierno federal y el estatal, hasta el advertir a la ciudadanía en tiempo y en forma de que se abstuviera de salir de sus casas o andar por las calles de la ciudad. Vaya fragilidad que impera en nuestros cuerpos policiacos y militares, ni qué decir de la millonada invertida en seguridad, todo se fue al tambo de la basura. Indiscutiblemente que la agresión de los miembros del Cártel de Sinaloa hacia toda la sociedad es un asunto que tiene varias vertientes para analizarse, y este espacio no nos alcanza para dilucidar este tema tan extenso y escabroso, pero lo iremos desmenuzando por partes -dijera Jack el destripador-. Sabe usted querido lector todo lo que implica dejar en libertad a un “detenido” para dizque evitar posibles daños para la ciudadanía. Porque cualquiera podría decir que eso es lo principal que debe de hacerse en estos casos, pero no salimos del asombro aun de lo que finalmente implica el dejar libre a un delincuente cuando ya se le tenía detenido, era suyo, lo tenían en las manos, y lo dejaron ir así de fácil, libre como el viento. Indiscutiblemente que nuestras autoridades policiales le otorgan una victoria al crimen organizado, quien consiguió lo que quería a través de la fuerza, de la presión, de la psicosis, de sembrar el terror, de ganarles la partida -en esta ocasión- superándolos en la reacción inmediata en tan solo unos cuantos minutos. Según el Flamante Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Federal: Alfonso Durazo Montaño, las Fuerzas Federales realizaban recorrido por el sector Tres Ríos y fueron atacadas a balazos, por lo que repelieron la agresión y “controlaron la situación” en una vivienda donde lograron identificar a: Ovidio Guzmán López, pero las fuerzas federales fueron superadas por los delincuentes y tras varios sucesos violentos ocurridos en la ciudad, decidieron cancelar la operación. Por cierto, Durazo Montaño, nunca jamás dijo que hubieran detenido ni liberado a Ovidio. La realidad de las cosas es que: Guzmán López, está libre y las Fuerzas Federales demostraron que fueron superados por el Cártel de Sinaloa. Pero eso sí, no fuera que el gobierno utilizara los helicópteros con ametralladoras de cañón rotativo volando por los cielos, porque las cosas serían diferentes y ningún delincuente le cantaría el tiro, pues los dejarían hechos polvo, reducidos a cenizas a nada. Innegablemente que cuando el gobierno quiere hace bien las cosas para que no suceda lo que sucedió. Con ello formulo mi hipótesis de que aquí hay más que gato encerrado y de que hubo una llamada que advirtió de lo que iba o pretendían que sucediera. Pero, por desgracia, la última vez que la utilizaron para combatir al narco -en Nayarit- donde, por cierto, nuestro actual Presidente: AMLO, le dijo a la Marina que ni a los demonios se les combate así. Y remató diciendo que entre los abatidos murieron menores de edad (algo totalmente falso). Sería muy interesante saber qué piensa el Presidente, ya que ahora es él quien comanda a las Fuerzas Armadas. Con abrazos y no balazos no se está regresando la seguridad. Decir fuchi y/o guácala no sirve de mucho. Tampoco sirve de nada acusarlos con sus mamás y sus abuelitas. Es requeté-urgente proteger a las familias, es de extremada urgencia planear medidas por si la delincuencia organizada intenta cometer represalias en contra de la población civil, urge devolverle sus vidas a toda la gente de este y de otros estados. Aunque no todo es tan malo por acá en Sinaloa como parece, porque somos más los buenos que los malos, definitivamente, todo volverá a la normalidad. Sin duda alguna que Dios protegió a los culiacanenses y los salvó de estas lacras producto de la descomposición social. Muestra inequívoca de que los valores están a punto de perderse definitivamente. Este suceso es un SOS a regañadientes para pedirles a todos los padres que nos pongamos las pilas con nuestros hijos. Hemos caído en una zona de confort muy cabrona, producto de la tecnología y de la mercadotecnia. Estamos perdiendo también mucho terreno con nuestra juventud. Deben generarse empleos bien pagados, con mejores sueldos para todos -sin excepción de nadie de ni de nada-, debe invertirse en la cultura y el deporte, en diferentes formas de sana convivencia para que la juventud no crezca dentro de un mundo lleno de vicios. A la delincuencia organizada se debe de combatir con la educación, con valores, esos que se maman desde la familia desde la casa. Si no hacemos algo ahora, mañana será demasiado tarde. Lamentablemente así está la vida de cabrona mis queridos lectores…

Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios amig@s...