Tardía reacción y sin ejercer autoridad por parte del Consejo de Salubridad General. Una de las pocas cosas buenas que hemos visto en la mañanera de AMLO en estos días pasados, fue la presión que ejercieron los diferentes medios de comunicación al preguntar por el afamado Consejo de Salubridad General (CSG) mismo que desde ese entonces hacia atrás había brillado por su ausencia, hasta que de repente apareció el pasado jueves dando la cifra de infectados, que por cierto, en ese entonces eran 164 y ahora ya vamos en 993 hasta el cierre de esta columna. Tras dicha aparición del CSG a poco más de tres meses de que nació el Coronavirus (COVID-19) su único pronunciamiento fue calificar al coronavirus como enfermedad grave, cuando en todo el mundo existe el pánico tras miles de muertos aumentando día tras día. De manera tardía y sin tener autoridad alguna, el CSG hizo publicar en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 23 de marzo, un decreto donde reconoce la existencia de un virus que ha causado preocupación desde el mes de enero -dos meses atrás-. Dicho decreto reconoce la epidemia por el virus SARS-CoV2 o COVID-19 en México “como enfermedad grave de atención prioritaria”. Suponemos que la prioridad sería a partir del lunes 23 en que se publicó el decreto en el D.O.F., no desde los primeros días de enero en que se difundieron versiones de un “extraño virus” en China que se iba desperdigando por todo el mundo entero como pandemia. El CSG anuncia medidas de prevención cuando el virus ya no era importado, sino que comenzaba a expandirse por todos los estados, es decir, el virus ya estaba en México, siendo responsables directos los funcionarios del sector salud que no reaccionaron a tiempo con la debida previsión. Sin embargo, nos queda más que claro que el decreto del CSG tardó 2 meses después de la llegada del Coronavirus a México, en donde nadie se preocupó por encapsularlo, ninguna autoridad lanzó siquiera alguna alerta por su peligrosidad. Más que evidente resulta que el día 18 de marzo, el CSG estaba dormido mientras el pánico se daba a nivel mundial. A lo largo de dos y medio meses -léase muy bien 2 larguísimos meses- el CSG estuvo desconectado del caos que se vivía realmente en todo el país, a pesar de existir organizaciones médicas -no oficiales, pero sí profesionales- como lo son vocales titulares y más de 20 de organizaciones de salud como vocales auxiliares. Agréguesele que dicho Consejo puede ser convocado además de las autoridades gubernamentales por cinco vocales más. Por lo tanto, todos los vocales titulares y honorarios, se convierten en automático en corresponsables de negligencia del CSG para liderar la respuesta sanitaria contra el virus. Pero el gran problema radica en que la normatividad del Consejo de Salubridad General (CSG) señala directamente al Presidente de la República Mexicana: Andrés Manuel López Obrador, de ser la máxima autoridad sanitaria sin intervención de ninguna secretaria, aunque varios miembros del gabinete (legal y ampliado) forman parte de dicha estructura del CSG. Por ello, somos insistentes de que la primera responsabilidad de parte de los estragos por la crisis del Coronavirus vendría a recaer legalmente en el Consejo de Salubridad General (CSG) o sea, en el Presidente: López Obrador, como su máxima autoridad y responsable directo. Ante toda esta pasividad por parte del gobierno federal y de todas sus oficinas de salud y de emergencia sanitaria, la mayoría de los gobernadores junto con los respectivos alcaldes de sus entidades, asumieron sus propias decisiones en tiempo y en forma, anunciando medidas de apoyo como lo son: fiscales, compromisos sanitarios, cierres de lugares públicos y de apoyos para los trabajadores vulnerables de la administración con edades superiores a los 60 años y las mujeres embarazadas. Esperemos que de manera inmediata este Consejo de Salubridad General (CSG) se apronte para atender todos los casos de Coronavirus que se registran en México. Porque de nada sirve por el momento el buscar culpables, si no atender el problema urgentemente desde la raíz. Luego veremos los costos...
México Contra COVID19. La única manera que hemos visto a través del paso del tiempo que haya sacado hacia adelante a toda la población mexicana ante cualquiera problemática que se le presenta, esa solamente ha sido la suma de esfuerzos de parte de todos y cada uno de los mexicanos a través de la unión. Ejemplos como pequeños botones de muestra por mencionar algunos podríamos citar: el terremoto de 1985, o el terremoto de 2017, o la más reciente marcha multitudinaria de las mujeres del día 9 de marzo: “El nueve nadie se mueve”. Lo que nos dice claramente que solamente unidos México podría salir adelante. México necesita atacar y erradicar de manera urgente los problemas: económicos, de salud, de seguridad, de violencia, de educación, entre otros muchos más. Tenemos por tanto que unirnos en busca del bien común de la sociedad y de todo el país, porque solo la unión hace la fuerza y México nos necesita a todos, fuera de ideologías de cualquiera índole. Luchemos todos unidos en contra del Coronavirus y jamás seremos vencidos, siempre y cuando acatemos las medidas pertinentes para enfrentar sagazmente esta pandemia mundial. Todo volverá a la normalidad. Debemos tener fe…
Nota Adicional. Mientras sean peras o sean manzanas y hacemos el recuento de los daños, el rastreo diario de las encuestadoras envían señales claras que el primer damnificado de esta pandemia en México es: AMLO, al tener una aprobación presidencial decreciente del 65% al 50% del 2019 a la fecha. Por eso, pereciera que el Presidente se encuentra mucho más preocupado por mantener su imagen en los más altos ratings, que procurar que la salud de todos los mexicanos vaya siempre en franca mejoría. Lo vemos muy campechano yendo y viniendo por toda la República Mexicana, tal y cual y si no pasara nada gravoso. Porque no me dejará mentir usted querido lector, el proceso electoral del 2021 está más que a la vuelta de la esquina, y muy probablemente, todo esto mantiene demasiado ocupado a AMLO, y por ello, mejor delega la bronca en otros para de esta manera lavarse las manos, eso sí, sin agua y sin jabón. Salvo su mejor opinión…
Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios amig@s...
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