Opinion

¿A qué aspira el PRI en Sinaloa?

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Por Benjamín Bojórquez Olea 28 Marzo 2022

Sobre el Camino

El PRI tiene dos caras: no es confiable como bloque opositor y sus días como fuerza política local y federal están contados. Cual personaje que venga a dirigir al PRI estatal, sin duda estará alineado al Poder Ejecutivo. Si no, “al tiempo”. En años recientes la opción principal era cambiarle de nombre, eso no ha sucedido. No cambian y siguen con las mismas prácticas longevas. Mucho se dice sobre las desbandadas partidistas, sobre todo en un ambiente hostil y de supervivencia política. Mucho se ha comentado, ¿a qué aspira el PRI en Sinaloa? Sin duda alguna, a recoger las migajas y pocas pluris que les alcance de cara al 2024. Llegado el momento de la verdad, esa en donde el bloque opositor unido votará en contra de la reforma eléctrica, se verá si es cierto que los priistas se mantendrán cohesionados con el PAN y el PRD o de plano se van a quitar el antifaz y plegarse a los designios del huésped principal de Palacio Nacional. Y en este caso, en Sinaloa sucede exactamente lo mismo. La espera por juntar los escombros del PRI, agudiza la debilidad y contrapone los intereses desde las cúpulas federales y estatales. Pues una cosa son las declaraciones en contra del gobierno de AMLO y otra muy diferente no avalar las iniciativas que conforman una agenda legislativa que busca, principalmente, darle un brinco al pasado para estatizar plenamente al sector energético, al tiempo de mantenerse en el poder más allá de 2024. ¿Este escenario afecta al PRI en Sinaloa? Por supuesto que sí, pues debilita las palabras hacia el partido en el poder, y de paso, la calidad moral queda destrozada ante la sociedad y la opinión pública, aunque déjenme decirles, que les cae como anillo al dedo. Cuando de emitir su voto se trata, vemos que los diputados locales plurinominales del tricolor son contradictorios y farsantes, ya que afirman ser parte del grupo opositor, pero en la realidad hacen todo lo contrario. ¿A qué aspira el PRI en Sinaloa? Sin duda a la supervivencia de unos cuantos, por supuesto, que no aspiran a que el otrora partidazo del tricolor rejuvenezca, a que se identifique con sus bases, son los mismos de siempre. Para ejemplificar lo anterior, tenemos nombramientos recientes de distinguidos priistas que ya fungen en distintos cargos públicos en el poder ejecutivo que, a mi criterio, le da fuerza al gobierno que encabeza, el Dr. Rubén Rocha Moya. Luego hablaremos de los genes partidistas de todo político involucrado en la vida pública del país. El PRI en Sinaloa ha dado su voto de confianza desde el recinto legislativo, ya que su bancada, como no han sido y ni serán obstáculo en los nombramientos autónomos e iniciativas enviadas por el ejecutivo estatal para que se puedan cumplir los ordenamientos legales que conforman los tres órdenes de gobierno, pues el obstáculo principal es, sin lugar a dudas, que sus familias laboran en diferentes cargos de la función pública, en pocas palabras, tienen atado un bozal de intereses personales, que va más allá de rescatar al partido verde, blanco y rojo. Desde esa tesitura, vemos muy complicado el panorama local y federal. Este es el PRI en Sinaloa, partido que muestra dos caras, sin importarles aquellos que votaron por la coalición “Va por México”, conformada por PAN, PRI y PRD, se arrastra conforme las conveniencias del momento. Para nadie es un secreto a voces que Cinthia Valenzuela Langarica, encarga del despacho estatal por prelación del partido PRI, enfrenta una rebelión en la granja no solo por estar alineada desde el pulpito del tercer piso, sino por los desastrosos resultados obtenidos en los comicios del pasado 6 de junio, en donde perdieron casi todo lo que tenían en su poder y que estaban en juego, además de secuestrar las diputaciones plurinominales para la camarilla que tiene tomada actualmente la sede tricolor. ¿Qué ha perdido el PRI? Muy sencillo de desglosar; un partido que no construye hacia dentro, con la militancia, con las estructuras, con su carácter y orgullo, un partido que no construye modernidad, un partido que no se le ve visión de centro – izquierda, progresista, demócrata, que esté cerca de la gente, que sea una opción real para la sociedad, empero, nada hay más alejado en la realidad de lo que está haciendo ese partido en estos momentos de ayuno, sobre todo al traicionar a sus aliados políticos y en especial a la gente que votó por ellos, creyendo de que realmente iban a conformar un bloque opositor que significara un auténtico contrapeso al Poder Ejecutivo. No hay forma de que el Revolucionario Institucional tenga buenos resultados electorales en el 2024, sin embargo, es tanto el cinismo de los personajes que tienen secuestrado al tricolor, que en el cuartel estatal ubicado por bulevar Madero piensan lo contrario. ¿Increíble no? 



GOTITAS DE AGUA: 


Deducción: el PRI no es confiable para mantenerse en el bloque opositor cuando se presente la reforma eléctrica, ni tampoco con la ciudadanía que se ha visto traicionada por la postura bipolar que tienen sus legisladores locales a la hora de votar los temas relevantes para Sinaloa. Los días del PRI están contados como fuerza política local, nacional y después de 2024 tendrá si acaso su registro y algunas pluris, que ese es el objetivo principal, y párele de contar. Un partido desarticulado, bajo la sombra de aquel partido poderoso, ambicioso y ególatra. Muy en ello, se pelean todos entre todos a sus espaldas, pero al verse de frente, se dan un abrazo de judas. Entonces, ¿a qué aspira el PRI en Sinaloa? Se las dejo a su propia reflexión. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…        


@olea_bojorquez