Aarón Rivas Loaiza: Un verdadero político sinaloense
Por Benjamín Bojórquez Olea 20 Junio 2023
Sobre el camino
Corren tiempos donde la palabra tan
temida entre las estructuras de los partidos políticos es la
llamada democracia.
Hay políticos de talla raquítica. Sin madera de
estadistas. Solo juegan a un "monopoly político". No
ejercen liderazgos de largo alcance. No realizan esfuerzos generosos. No
sobreponen los intereses generales a los suyos y de sus partidos. A pesar, por
cierto, de estar sostenidos a base del dinero del contribuyente, pechero
perpetuo. A pesar de que no se desvivan por servir al bien común.
Esos políticos están muy lejos de escuchar lo
que les dicen los ciudadanos una y otra vez. Como si los políticos y el resto
de los ciudadanos fueran agua y aceite. Esos políticos entienden sin atender
que los ciudadanos están hartos y preocupados; viviendo y sobreviviendo en
muchos casos gracias a la familia, bien preciado que esos mismos políticos se
encargan de minar porque, por lo visto, la familia debe parecerles algo
trasnochado y reaccionario. Y, Aarón Rivas Loaiza, entre otros no
menos importantes, son ese tipo de políticos y empresarios que deberían ser
aprovechados, repito, ser considerados para el 2024.
Como si la familia no estuviera siendo la más
efectiva seguridad social de cualquier país. Digo familia, no tribu, porque
incluso en las tribus la familia es el núcleo básico. La familia funciona en
las duras y en las maduras; si no fuera así, ninguna sociedad mantendría
ninguna paz social.
Los verdaderos políticos trabajan en equipo,
como el ya mencionado, aunque sean de partidos diferentes, al menos cuando la
situación es compleja, incierta, mala y con perspectivas preocupantes.
Considero que, si un equipo de fútbol sufre las
tonterías de su entrenador, por mucho que los futbolistas sean figuras
individuales, el equipo se va al garete. Un entrenador ilusiona, motiva,
gestiona, organiza y resuelve. Y, Aarón Rivas Loaiza es prueba
fehaciente, de agudeza política muy suspicaz, sin esconder culpas debajo de la
alfombra, con esa mirada de gnomo sigiloso, de viejito feo que las ha visto
todas.
Los verdaderos políticos no juegan con sus
reinos de taifas y con los ciudadanos, muchos de ellos contribuyentes y
pagadores de sus nóminas. Tampoco retuercen las cifras. Los verdaderos
políticos no basan su estrategia en la simpleza de que un enemigo común une
mucho. Eso da mucha cancha a los estrategas de salón, a los políticos
mediocres, niños mimados de la política, crecidos y amamantados por maquinarias
de partido engrasadas a diario, por lo general, por dinero público. No sabemos
qué resultados políticos vaya obtener en un futuro, pero sabe que, Aarón
Rivas Loaiza, lleva muchos años implementado una muy política subjetiva, a
mi juicio, en su momento hablará.
GOTITAS DE AGUA:
Nuestros políticos... ¿son capaces
de reconocer, aceptar y trabajar honestamente para formar el gobierno que ha
votado la mayoría de los sinaloenses, quizá tapándose la nariz, pero mayoría? ¿Son
capaces de recordar y hacer recordar lo mucho que se tarda en crear y en
consolidar un bienestar sostenible, y lo fácil que es caer al precipicio cuando
se camina irresponsablemente por su borde? ¿Viven y
defienden valores para frenar esta particular decadencia, propia de sociedades
pagadas de sí mismas, incapaces de luchar por mejorarse a sí mismas y a las de
su entorno, y por tanto particularmente indefensas?
Quiero pensar
que, en la mayoría de los partidos, y fuera de ellos, hay verdaderos políticos
con voluntad y cualificación suficientes para gobernarnos para que todo nos
vaya mejor a todos. Seguro que los hay. Pero se les nota poco o nada. "Si
cierran la puerta, apaguen la luz". "Nos vemos Mañana"...