Opinion

Amenazan para proteger a Yesenia e Iván Ignacio

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Por Juan Manuel Partida 11 Agosto 2022

Altoparlante

Las amenazas de muerte que recibimos ayer tienen la clara intención de proteger a Yesenia Rojo Carrizoza e Iván Ignacio Durán.

Presentamos denuncia penal, con nuestra exigencia de que se identifique y castigue a los responsables.

Por razones más que obvias, los dos dizque luchadores sociales están en la mira.

En la llamada telefónica el “¿le seguimos o le paramos”? fue tremendamente claro.

Que deje de andar cobrando deudas ajenas o mi vida corre peligro, fue la advertencia.

Sólo una cosa hay que se pueda entender por “deudas ajenas”, y son las de quienes han denunciado que están siendo robadas por doña Yesenia.

Y si la relación es tan obvia, la implicación resulta también de sentido común.

Rojo y Durán seguramente se tirarán al suelo y alegarán inocencia total, pero su implicación está ahí a la vista de todos.

De ninguna manera resulta casualidad que la amenaza se diera pocas horas después del ridículo que hicieron la pareja de falsos luchadores sociales en lo que debió ser un debate frente a frente entre Yesenia y quien esto escribe.

A muchos han engañado impunemente, con las descalificaciones, los insultos y la intimidación como instrumentos para someter y callar a las víctimas.

Eso mismo que se intenta con la amenaza telefónica registrada la noche de ayer.

La duda es de hasta dónde permitirá la justicia que estos dos delincuentes sigan haciendo de las suyas.

 

AUTOEXHIBIDA Y RIDÍCULO BRUTAL

 

Otra exhibida brutal, pero ahora por ellos mismos.

Los videos grabados en vivo evidenciaron que Iván Ignacio y Yesenia son dos miserias humanas.

Las “pruebas” de inocencia prometidas fueron otra farsa más.

Dos gritones que desde su llegada insultaron, descalificaron y ofendieron, con la misma cantaleta de proclamarse víctimas de los demás.

El ridículo de doña Yesenia de llamar a la policía y exigir que retiraran del restaurante Pueblo Mágico a la señora Mónica Rivera, presente ahí desde antes de que la primera llegara.

La infamia de acosar y denostar a José María Figueroa Gastélum y a su hijo autista.

Doña Yesenia amenazando a policías y a funcionarios por no hacer valer sus “derechos”.

El pecado de que las autoridades no entiendan que ella habla “a nombre de todas las mujeres”.

Llorar porque no le cumplieron sus caprichos, y salir huyendo antes de ser detenida y llevado a la prisión preventiva.

Como hemos venido advirtiendo, la verdad nos permite cobrar dividendos contra quienes viven de la mentira.

Falta mucho por hacer, pero la perspectiva es hoy menos mala que ayer.

Seguiremos pendientes, empujando.