Una taza de té de manzanilla y una pasiflora necesitamos para calmar estas ansias de ver este país envuelto en llamas, donde perdura una fuerza por sobre todo. Andrés Manuel López Obrador a su vez menosprecia todo lo que no comulgue con su pensamiento, los equilibrios se van acotando y recargando en una sola persona, todo pretende destruir a base de engaños aprovechándose de ese hartazgo social que nos divide y nos absorbe como esponjas. Recordar esa frase acuñada de Lázaro Cárdenas que dice así; “Para que le vaya bien a un país, le tiene que ir mal al presidente”, aquí aplica todo lo contrario… Esta acción su único objetivo es enfrentar a los civiles contra las fuerzas armadas. Les explico: Lo ocurrido en Aguililla, Michoacán, además a dos semanas del operativo fallido en Culiacán, Sinaloa y la masacre más reciente ocurrida en Chihuahua de la Colonia “LeBarón” el gobierno federal continúa señalando una cosa para después de forma “ipso -facto” dar marcha atrás sus propias versiones magnánimas. Lo que es evidente que después de estos hechos el presidente de México ya tiene una estrategia para desacreditar al ejército y a la marina de México y estos ataques tienen una muy importante razón. En base a una encuesta de “Consulta Mitofsky” sobre estos lamentables hechos hasta el día de hoy, fue evidente que la popularidad de AMLO descendió del 63% de aceptación entre los mexicanos al 60% por estos incidentes. Y en cambio el grado de aceptación de las fuerzas armadas de nuestro país ascendió en ese mismo momento del 80% al 82%. Recordemos que hace unos meses Andrés Manuel López Obrador tenía la confianza de 8 de cada 10 mexicanos, ahora ya no es así. Aunque el 60% es aun alto, lo que también ya es un hecho es que la disminución de las simpatías de los mexicanos hacia el presidente ya es una constante por lo que en base al léxico de los actuarios esto ya es una tendencia. Y en cambio el ejército y a la marina de México al revés van en aumento en la vox populi y todos sabemos que el tabasqueño es demasiado celoso y no permite que se le rebase, pero ni en la carretera dice por ahí un jurisconsulto. Es por eso que inventó ese irresponsable Twitter donde escribió que, de presentarse un golpe de estado, la mayoría libre y consiente, justa y amante de la legalidad y de la paz, no permitiría un golpe de estado. Esta acción su único objetivo es enfrentar a los civiles contra las fuerzas armadas y con ello tratar de darle un golpe que disminuya el grado de aceptación de los castrenses en nuestro país. El día de ayer el oriundo de Macuspana sale a justificar ese Twitter y reforzar esta nueva estrategia de descalificación al ejército y a la marina de México y señaló que este mensaje surgió por las declaraciones del general Carlos Gaytán Ochoa. Quien, en presencia del actual secretario de la Defensa Nacional, pronunció un discurso el pasado 22 de octubre y dijo “que los soldados se sienten ofendidos con el gobierno de López Obrador, por las decisiones estratégicas que no han convencido a todos”.
GOTA Y CHISPA:
Ahora el presidente debe de tener bien claro que las fuerzas armadas no son el PRI o el PAN, o los medios de comunicación, o los Fifís, o los neoliberales o también los conservadores. A los que les tunde un día sí y al otro también. La formación militar en siglos en nuestro país ha mostrado patriotismo a niveles de heroísmo y en consecuencia hay que diferenciarlos de otros enemigos del presidente. Ya que 8 de cada 10 mexicanos ponen su seguridad y en consecuencia su bienestar en manos de los militares y marinos. Si el rumbo del país no se corrige para bien. Ellos pueden ser factor para que se corrija el rumbo. Por lo anterior el presidente de México no debe pelearse con esas instituciones que son al menos hoy los únicos que lo superan en el buen ánimo de lo que él denomina como el pueblo sabio. Han demostrado su lealtad al presidente como el amor eterno. Y bien sabemos que el amor es eterno mientras dura. “Nos vemos Mañana”…