Andrés Manuel y Claudia son asesinos, como Rubén
Por Juan Manuel Partida 03 Septiembre 2024
Altoparlante...
Llorarán los chairos rabiosos porque hoy digo que Andrés Manuel y Claudia son asesinos, como Rubén.
Pero, lástima Margarito, sin duda alguna lo son.
Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata, y ambos están convertidos en cómplices de homicidio al apoyar al narco gobernador de Sinaloa.
Se tapan los tres con la misma cobija porque son un trío de criminales muy desalmados.
El no mentir, no robar y no traicionar ha sido el peor de los chistes en la historia política de México.
Lo de proclamarse humanistas raya en la perversidad y en el ridículo.
El pueblo que de verdad es bueno vive aterrorizado ante los criminales de dentro y fuera del gobierno.
La mafufada de que durante este sexenio vivimos en paz y tranquilidad, con 200 mil asesinatos violentos y 100 mil desaparecidos.
Ninguna misericordia merecen los chairos lambiscones que aplauden hasta cuando nos matan.
Por más lástima que provoquen en su cada vez más difícil trabajo de tragar y repartir atoles.
Rubén Rocha Moya ya fue condenado por el pueblo de Sinaloa como el asesino de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Por más que el narco presidente y la narco sustituta lo solapen, y por más que la Fiscalía General de la República haga sus propios montajes para deslindarlo del asesinato.
Desde hace rato la papa caliente está ardiendo, y la desesperación ha crecido en busca de un “arreglo”.
Por más que brinquen y por más que pataleen, López, Sheinbaum y Rocha tienen sobre sí el estigma de narcos y de asesinos.
No les sirven a los pinochos sus otros datos para eludir esa realidad.
Que viven en la impunidad casi absoluta, eso es otro cantar.
Pero no será para siempre.
La cuatroté es dueña de muchos poderes judiciales en los estados.
Controla casi todas las fiscalías estatales “autónomas”.
La reforma judicial tiene el propósito de completar el ciclo de esa dictadura que ya vivimos.
Impunidad total, con los morenos decidiendo quiénes son culpables y quiénes son inocentes.
Una justicia vendida y comprada, como vemos en Sinaloa con procesos penales iniciados mediante delitos inventados por el poder.
Es lo que sufrimos, y van por más porque no tienen llenadera.
Para lo único que han servido y seguirán sirviendo es para repartir atoles con engaños en cantidades industriales.
Son muy hipócritas, hasta el infinito y más allá.
Está terminando el peor de los gobiernos, y aunque parezca imposible el que sigue puede ser peor.
Claudia Sheinbaum es otra criminal, muy corrupta y muy cínica.
Ojalá que nos equivoquemos y enderece el camino, pero changa vieja no aprende maroma nueva.