Opinion

Cannabis

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Por Moisés Gómez Reyna 09 Marzo 2020

Perspectiva

Todo indica que en los próximos días una mayoría integrada por Morena, PT, PRD y Movimiento Ciudadano, podría aprobar en el Senado de la República reformas de ley para regularizar el uso médico, lúdico y comercial del cannabis en México.
Por lo pronto, en comisiones el dictamen ya fue aprobado en lo general, con el rechazo del PAN y la abstención del PRI, aunque todavía podría sufrir algunas modificaciones en lo particular antes de que se suba al pleno para su votación.
Entre los puntos que generaron mayor discusión entre los legisladores está el incrementar de 5 a 28 gramos la cantidad permitida para la portación personal de mariguana y hasta 200 gramos con la aplicación de una multa.
Para efecto de discutir los beneficios o peligros de la regularización del cannabis es indispensable dividir este tema en dos esferas: 1. El uso lúdico y 2. El uso medicinal de esta hierba.
En el aspecto recreativo, es importante precisar algunas premisas falsas con las que se ha “vendido” la conveniencia de regularizar el consumo y venta de mariguana al público.
Primero, es falso que vaya a disminuir la violencia al regularizar el consumo de cannabis. El crimen organizado no sólo se dedica a vender marihuana, trafica con otras drogas ilegales que le dejan mayores ganancias, como es el caso de la cocaína y las metanfetaminas.
Además, estos grupos han diversificado sus operaciones delincuenciales y hoy realizan actividades como la extorsión, el secuestro, la trata de personas, el huachicol, entre otros delitos. Las experiencias en otros países demuestran que no hay una reducción en los índices de violencia.
Segundo, es falso que la mariguana sea una droga inofensiva. Sus sustancias psicoactivas sí afectan la salud humana, tiene efectos sobre el cerebro y provoca adicción en quien la consume. Permitir su uso recreativo no tendrá ningún beneficio para los mexicanos, particularmente para los jóvenes.
Tercero, es iluso pensar que la mariguana no llegará con mayor dacilidad a los menores de 18 años. Aumentar la portación personal de mariguana generará cantidades excedentes de hierba, lo que facilitará el acceso y el aumento del consumo entre los adolescentes y jóvenes, y por consiguiente de un incremento en los problemas de salud y las conductas antisociales.
Además, es claro que el sector público de salud no está preparado ni tiene la capacidad de atender a personas con problemas de consumo de cannabis.
Cuarto, los mexicanos no aprueban la legalización de la mariguana. En la mayoría de las encuestas el 60% de los mexicanos rechaza la regularización.
En el tema medicinal, sin duda existen cada vez más estudios y testimonios empíricos donde se acreditan beneficios terapéuticos de ciertos químicos que componen la planta de cannabis.
Uno de estos químicos es el cannabidiol (CBD), el cual no es psicoactivo ni genera adicción a diferencia del tetrahidrocannabinol (THC).
En 2012, en Israel se anunció que plantas de cannabis enriquecidas con CBD, pueden usarse para tratar con éxito enfermedades como la artritis reumatoide, la colitis, la inflamación del hígado, las enfermedades del corazón y la diabetes.
Otras investigaciones han demostrado que el cannabidiol propicia reducciones en las convulsiones de personas que sufren de trastornos neurológicos incluyendo síndrome de Dravet, epilepsia, Alzheimer, Parkinsons, entre otros padecimientos.
Aún es necesario investigar más, pero ante la posibilidad de que esta planta ayude a varios pacientes con mejores resultados que la medicina tradicional, entonces aquí sí vale la pena permitir y regular el uso terapéutico del cannabis.
Como país nos conviene un debate serio de este tema, y no podemos ni debemos caer en el prohibicionismo a ultranza, pero tampoco en la regularización por moda. La salud de millones de personas y jóvenes está en juego.

Twitter: @GomezReyna

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