Vale la pena hacer una reflexión y análisis de la situación en la que consiste el detrimento de los Ayuntamiento del país y que en consecuencia los 18 Municipios del Estado de Sinaloa están pagando y pagarán las de caín derivado de un gobierno de cavernas y recortes presupuestales para regresar a la edad media y no solo eso, digclerar y hacer del mismo gobierno más totalitario y de ideas sin ningún tipo de sustento autóctono del mismo señor que controla Palacio Nacional. Les explico: El desencuentro de estos días entre decenas de presidentes municipales y el presidente de la República tiene varias “aristas”. La más notable: el intento de concentrar el poder. La litis, el origen del conflicto, es que recursos económicos que antes llegaban a los Ayuntamientos hoy se quedan en la federación. El asunto es importante para ver en qué consiste realmente la llamada 4T, en los hechos, no en su propio discurso imaginario. Los Ayuntamientos fueron claves en el siglo XIX para la sobrevivencia del país. Mientras los gobiernos nacionales vivían una época de anarquía, lo gobiernos municipales cumplieron las funciones del Estado mexicano. Con el “PORFIRIATO” se centralizó el poder, y con el régimen pos-revolucionario esa concentración se acentuó, convirtiendo a los Ayuntamientos en casi nada. A fines del siglo XX se inició un cambio. Empezó por las finanzas públicas: los Ayuntamientos empezaron a recibir más recursos. Con la transición electoral esos gobiernos locales ganaron autonomía. No siempre para bien. Con frecuencia el dinero que recibían se gastaba mal. Bien sea que pasara a bienes privados, bien que se gastara de forma ineficiente e ineficaz. Pero el proceso de descentralización era un hecho. Con la reforma de 2014 que permitió la reelección de los miembros de cabildos, prohibida desde 1933, la esperanza de que los Aytos adquirieran mayor autonomía y capacidades aumentó. Esto parece estar cambiando con el gobierno actual. Ha mostrado de diversas maneras que no le gusta la división de poderes. Ni los organismos autónomos, ni la oposición, ni la prensa crítica. Quizá no le gusten a ningún político en el poder, pero algunos manifiestan un respeto que el gobierno actual no ha tenido. Ahora les tocó el turno a los Ayuntamientos. Los presupuestos de egresos, propuestos por el ejecutivo y aprobados por el legislativo donde su partido tiene mayoría, les redujeron los recursos tanto para el año en curso como para el 2020. Creo que es lamentable, pues muchos asuntos públicos los atienden mejor estos gobiernos que el federal. Sin duda con estas acciones el señor presidente de la República busca controlar todo. Alguien dirá que no debe haber sorpresa en esto: López Obrador ha señalado en varias ocasiones que los males del país empezaron en 1982. Tácitamente, su modelo parece estar en los gobiernos priistas anteriores a ese año. Parte de ese modelo es la concentración de los recursos en el ejecutivo federal a costa de los gobiernos locales. ¿HAY CULEBRA EN EL AGUA…ACASO?
GOTA Y CHISPA:
Otro punto que nos parece interesante: Otra cuestión que muestra la protesta de los Municipios y la respuesta del gobierno federal es que no es lo mismo estar en la oposición que en el gobierno. Como quien dice: “No es lo mismo ser borracho que cantinero”… Si ha habido un político protestante entre nosotros y flamante rey de las lonas es López Obrador. En una ocasión bloqueó el acceso a pozos petroleros en Tabasco. En otra, una de las principales avenidas de la capital. Ahora su gobierno fue poco sensible a la protesta, y en pocos minutos roció gas lacrimógeno hacia donde estaban los alcaldes. Habrá que observar hacia donde se encamina el gobierno de la Cuarta Transformación. Ver qué tanto su propuesta es algo nuevo, o un retorno a los viejos moldes de la política mexicana. Concretamente, a la concentración del poder en el Ejecutivo Federal. ¿Acaso es hacia dónde vamos? ¿Cuál es la opinión al respecto de los Alcaldes de Sinaloa? “Y el lunes no se pierdan mi columna…“HÁBLAME DE TI SEÑOR PRESIDENTE”. “Nos vemos el Lunes”…