Se escucha demasiadas veces del líder político, de ese capitán de barco que busca llegar a buen puerto, el cómo se dirigen personas y equipos de trabajo. Y en política ¿Son los candidatos a diferentes procesos electorales verdaderos líderes ante sus audiencias y seguidores? Es muy frecuente ver como se asocia, erróneamente, al liderazgo político con la capacidad de dar órdenes y mandar ante otras personas en los partidos políticos, intentando así que acaten ciertas órdenes y que cumplan de esta manera la voluntad del “jefe”. El nuevo liderazgo político de la época moderna no es una cuestión de jefes y subordinados, de dirigentes y gobernados, o de quién es líder y quién lo sigue, este modelo en busca de la mejor comunicación política va mucho más allá donde el líder pueda influir en lo que los demás hagan motivando activamente, haciéndoles partícipes de las decisiones de gobierno o partido y, por último, de los resultados que se derivan de los trabajos realizados. Hemos observado conductas en distintos líderes de partidos, que con tan solo un click o una conferencia de prensa consideran que desestabilizan a los demás líderes con el simple hecho de confundir a la sociedad, no se dan cuenta que el contacto con la ciudadanía es la mejor medicina para atraer y recuperar espacios perdidos con la sociedad. En el caso muy particular de Jesús Valdés Palazuelos es muy diferente, su itinerancia le ha permitido abrirse camino y recuperar lo perdido, sobre todo al interior de ese tuétano cansado y olvidado. Esa política de persuasión de Chuy Valdés no es una cuestión por lo tanto de poder, ni de autoridad ni tan si quiera de intentar influir en las decisiones de los demás, es una cuestión de conseguir objetivos políticos de la manera más eficaz posible. Para liderar equipos y audiencias hay que posicionarse tras ellos, es una cuestión de empujar más que de tirar y exigir. Es trabajar en equipo pese a lo que se tiene, no se detiene y continua firme e institucional. Por eso la política evoluciona, por eso la política cambia, son tiempos de modernizar las relaciones humanas entre político y ciudadano, entre candidato y equipo de gobierno. Eso a mi criterio, Chuy Valdés lo hace bien. El liderazgo político debe de aparecer en el discurso político pero por encima de todo, en los momentos difíciles y donde el mar ofrece tormenta, es ahí donde se aprecia la integridad y la esencia del liderazgo, créanme, no todos lo consiguen. Tiempo atrás se vivían momentos de gloria, momentos en el que siempre ganaba la perversidad dentro de lo tecnificado, hoy es muy valorable recoger y absorber criticas sin pecado concebido. Con todo esto, aquellos dirigentes que están al frente de los partidos políticos actuales ¿Cumplen con estos cánones de liderazgo político? Considero que son híbridos, no naturales. ¿Tienen en su haber la conciencia de saber que se dirigen equipos y personas desde el reconocimiento, desde la aceptación de ideas y propuestas políticas por parte de los compañeros de viaje? Como dicen los franceses “comme ci comme ça”. Diría un buen amigo jurisconsulto, nativo de Chihuahua, pero adoptado por los ahomenses y culiacanenses. Chuy Valdés es un líder moderno, que acepta ideas y ayuda al mismo tiempo. Por ello es importante mejorar las actitudes y las aptitudes del líder o candidato a cualquier proceso electoral o a quienes dirigen personas en los partidos y organizaciones políticas.
GOTA Y CHISPA:
Modernizar y actualizar la forma de dirigir los partidos políticos, esa es la cuestión y no una cuestión cualquiera. Los partidos políticos se pierden demasiado en jerarquías de gobierno obsoletas y burocráticas pensadas en el gobierno vertical, donde las órdenes vienen desde arriba y con un carácter autoritario, en muchas ocasiones, preocupante. Para ganar elecciones se requiere de combinar muchos apartados, de tener actualmente un mejor producto político que tus adversarios, incluso me atrevería a decir que también se necesita valentía, pero en una campaña política si hay algo realmente necesario es contar con un verdadero líder político, ese que deja paso a los demás. “Nos vemos el Lunes”…