Como los populismos identifican a sus enemigos...
Por Benjamín Bojórquez Olea 29 Septiembre 2022
Sobre el camino
Uno de los aspectos más importantes es cómo los distintos
populismos identifican a sus enemigos.
Dejo de
lado el doloroso caso de Ayotzinapa para cuando las aguas estén más
tranquilas. Trato ahora un tema sin el cual no puede entenderse la política
contemporánea, el populismo. En particular, uno de sus aspectos más
importantes: cómo los distintos populismos identifican a
sus adversarios o enemigos.
Todo
populismo tiende a anular la diversidad social para convertirla en
una dicotomía: "nosotros" (el pueblo) y "ellos".
Es notable la diversidad y la ambigüedad que el "ellos" adquiere
en los distintos populismos.
Generalmente
son las élites económicas, en las que se incluye a algunos sectores de
las clases medias. Con excepciones: si esas élites apoyan al
líder del populismo, dejan de ser élites y pasan a ser pueblo.
Fue el caso
de México en el siglo XX, en los breves momentos en los que
el régimen tuvo rasgos populistas. En algunos años del sexenio de Lázaro
Cárdenas. Este presidente distinguía a la población del país en "revolucionarios" y "no
revolucionarios". La distinción, que trascendió al periodo populista
de los años treinta, podría ganar un premio a la ambigüedad. Fueron
revolucionarios políticos tan distintos como Cárdenas y Miguel
Alemán. También buena parte de la plutocracia del país.
Los no revolucionarios eran simplemente los ajenos al régimen.
El rechazo
a las élites socioeconómicas ha sido el rasgo de la mayor parte de
los populismos latinoamericanos: Perón, Vargas, Chávez.
Algunos han asociado esas élites al "imperio" estadounidense.
Muy
distinto el caso de Donald Trump. Para su movimiento el pueblo es
la población de origen europeo. Los que hicieron este país, dicen ellos.
El "ellos" del pueblo son los migrantes.
Particularmente los mexicanos.
Los
populismos de Europa Oriental han hecho un aporte interesante. Para
ellos el pueblo es la población tradicional de sus países (Polonia y Hungría, por
ejemplo). Con costumbres tradicionales y fundamentos cristianos. Sus
adversarios son los progresistas de Europa Oriental. Gayropa la
han llegado a llamar. "Veganos en bicicleta" en
alusión a las ideas y prácticas que les llegan desde el otro lado del
continente.
Frente a
las propuestas de aceptación a la diversidad sexual, de prácticas ecológicas en
el consumo de alimentos y de transporte, al laicismo, esos populistas recuperan
las costumbres de lo que consideran el pueblo de sus países.
GOTITAS DE AGUA:
Lo común a
toda esta diversidad es la anulación de la pluralidad, la negación de que
hay más de dos grupos en cualquier país. Y que además los distintos grupos se
suelen traslapar, de manera que no todos tienen intereses
contradictorios. "Si cierran la puerta, apaguen la luz".
"Nos vemos Mañana"...