CUÉN A LO “TOY STORY”
Por Benjamín Bojórquez Olea 04 Abril 2019
SOBRE El CAMINO
La estrategia tiene cara de hereje. Ese es el dogma que domina la estrategia de Héctor Melesio Cuén Ojeda en las últimas semanas. Les explico: Todos los libros han volado por los aires porque Cuén se parece a una utopía derivado de la situación actual en política, al margen de una “ortodoxia y división” de muchos actores en escena, lo cual magnifica que se partirán en tercios ya llegado el momento de las calenturas que algunos creen que se alineará bajo una figura como la del ex rector de la UAS y líder del PAS. Sin duda es un simple mensaje para quienes ya salieron a dar la cara y el cuerpo completo suministrando algoritmos de una familia que acaba de llegar y ya sufren de ese efecto que está a punto de que esa gravidez política se disemine y queden en un estado estupefacto. Han quedado muy lejos aquellos tiempos y argumentos ajenos, al no hacer acuerdos con la oposición mezclando ventajas, crea parcialidad política, donde el mismo Héctor Melesio Cuén y la abrupta caída de Morena y el efecto corrosivo de la pintura tinta sacude el peronismo minado en el optimismo inoxidable de quienes empiezan a ver la luz en el PRI. Por eso, Cuén empieza a trabajar en esa estructura dañada tras las elecciones pasadas, ya que quedó sepultado bajo digclireridades provocadas por los mismos grupos que erosionan la vida pública y confunden a la sociedad. Pero el desgaste y contaminación de plataformas políticas y la sensación de desbande que comenzará a observarse en la necesidad de cerrar filas ante la amenaza de una lucha que no parece contar hoy como radical o suficientemente conocida para integrar una fórmula que permita en el PAS cambiar de arriba hacia abajo, es decir, de no ser Cuén,¿Ofrecerá esa candidatura a una mujer tan cercana y que contrajo nupcias hace varios lustros? El Presidente del PAS en Sinaloa debe cambiar de retorica y, claro está, que un cambio tras otro cambio en efervescencia derive de una modificación en el plan estratégico de confusión o caja china, ya que en política los cambios son efectos y reacciones que restan o suman y, por ende, creer que algunos radicales se alineen bajo una dicotomía de una figura fuerte como la del mismo Cuén. Si logra con anticipación resolver el debate mediático, podrá llegar vitaminado a la isla de los dioses, lo cual se acerca y se aleja según suenen las campanas. Son tiempos de incertidumbre que de no abrirse más allá de la frontera de la máxima casa de estudios de la UAS, Héctor Melesio Cuén difícilmente tendrá éxito. Y en esta tesitura, la siguiente aventura podría ser la última, y si no logra desmarcarse terminará de ahogar sus sueños de arribar a esa silla que todo político busca y que puede bendecir o fulminar a un personaje con mucha facilidad. O entrega esa faceta de líder a una diputada local, o se encomienda o se saca una “selfie” engordándole el caldo fuera de esa casa por la avenida universitaria. O bien, entrega a los radicales la oportunidad de elegir de entre los suyos al compañero de una fórmula devaluada y desconocida, ya que hoy por hoy impera esa nueva forma de hacer política, bajo condiciones sumamente pragmáticas y desconocidas, que al parecer en esta escena dramática de los juguetes de “Toy Story” antes de caer al incinerador, el principal patrón del PAS en Sinaloa, se agarra de las manos para dar la batalla definitiva. Todo indica que las derrotas y la persistencia de Héctor Melesio Cuén Ojeda son ingredientes de poder o la victoria que llegue inesperada lo va a encontrar inexorablemente junto a varias preguntas y respuestas que le den garantía antes de subirse al ring.
GOTA Y CHISPA:
En fin, ser el tlatoani local en Sinaloa es el máximo sueño de un sinaloense que goza de privilegios, condiciones y circunstancias, ¿Apoco no? No obstante, a veces pasamos por alto que el camino para ser “tlatoani” es cansado y requiere de mucho esfuerzo. Tener que soportar las humillaciones de jefes déspotas. Ir a cientos de comidas con borrachos aburridos. Haber traicionado y cometido delitos inconfesables. Llamadas, reuniones, inauguraciones… Ser “tlatoani” es difícil, hay que tener características que poquísimos logran reunir. Entonces, Cuén debe sensibilizarse más allá de una paranoia política, y continuar trabajando, porque la victoria se logra antes de subirse al ring.“Nos vemos Mañana”…