Opinion

Cuén, el híbrido

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Por Benjamín Bojórquez Olea 03 Julio 2019

SOBRE El CAMINO

Las novedades no se hacen esperar y menos cuando el vecino digclera de una forma contraria a una condición política que despierta de altas contaminaciones que rodean en Sinaloa a la nueva forma de hacer política heterogénea. El pulso del líder del PAS en Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, tiene ingredientes gemelos y de terciopelo, es decir, que cuenta con un significado más simbólico que fáctico. En efecto, apuntó a fortalecer costados políticos, donde el error es no abrirse más allá de la (UAS), sin embargo, la fórmula de esa contaminación que llamamos, es sin duda una apertura para mantener a esa militancia que corre horizontalmente y divididos, por ello es necesario unir y hacer combinaciones que oxigenen y de una vez por todas rompan a una ya Morena desgastada y sin un lazo y estructuras falsas, como eternos compañeros que día a día se convencen más de un futuro incierto localmente. De esa manera, Héctor Melesio Cuén Ojeda, tiene en su poder el órdago para ser ese punto álgido e independientemente de su condición híbrida, ya que ese capital y errores del frente tendrían que coincidir no por ideologías ni partidos, sino por el simple hecho de ser la manzana que “una y divida” aun más a Morena. En ese sentido han resultado inocuas las perversidades después de eternos cabildeos y desgastes de políticos, jugando al revés y aportando política y no grilla superflua. Hoy el escenario es otro, una salvedad podría caerle a personajes como el Senador, Rubén Rocha Moya, su caudal falso ha emigrado mucho antes de que termine el año en curso, lo que significa un trayecto que asumió derivado de una estrategia de carpeta programática. De hecho es sumamente interesante el predominio y persistencia de Cuén Ojeda, esto es debido a que las circunstancias han acomodado el alfil al grado de ser una balanza que equilibre y rompa los límites de la polarización entre políticos y crisis de militancias sumisas y en “modo zombie”. Cuén tendría otras razones. Afines a su personalidad y al entendimiento del poder que ha sabido manejar y controlar más allá de la posibilidad real de sumar esa parte social que durante mucho tiempo se le ha negado en ese modus operandi colectivo, menos aún, a tomar el riesgo de que esa presunta división bilateral pudiera facilitarle el camino a Cuén. La posibilidad de quedar individualmente como el siguiente postulante aceptado que unifique a grupos y pensamientos radicales. Otro factor que se le suma a Cuén, que pese a todo, se complementa con paradojas anteriores, es el elemento que sostiene, que tras una disección entre los ciudadanos y no estar dispuestos a vender ese hartazgo con altas dosis de penicilina más nítida que fideliza el voto y desarrolla todos los días, una campaña intensa y distanciada de la simulación. La construcción de semejantes extremos en Sinaloa se empieza a gestar como tentáculos de colores y podrían encontrar una argumentación similar a la que se adjudica una alternativa política del maestro y líder del PAS, Héctor Melesio CuénOjeda, además de ser un amortiguador en el núcleo de las decisiones y sectores, para pelear por el ansiado trono mayor en Sinaloa.

GOTA Y CHISPA:

Héctor Melesio Cuén Ojeda siempre se ha caracterizado por la seducción no solo del dialogo sino también retraído y desmarcado por una masa que recupera poco a poco. Aunque ahora habría empezado a tomarle el gusto. Por una razón: si el fenómeno se mantiene y se acentúa es probable que los aliados y diversos grupos de poder se unan y así terminen con los intrusos a cambio de negociaciones. Cuén posee, con evidencia, dos caras que contrastan. En cada gira por el esqueleto sinaloense acostumbra a recoger elogios. Incluso participa y capitaliza acuerdos políticos. Ahora se abre otra estancia de conversaciones entre los grandes bloques. La otra cara, con más esplendor, asoma en la política domestica. Donde, con muchos contratiempos, está jugándose el destino. “Al tiempo”. “Nos vemos Mañana”…