Opinion

Cuidar nuestra salud: una excelente decisión de todos los días

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Por Alex Méndez 20 Septiembre 2021

Conciencia Ciudadana

 

Los dos últimos años nos hemos dado cuenta de la importancia de llevar una vida saludable. Comer de forma más balanceada e incrementar nuestra actividad física se han vuelto dos aspectos clave para cuidarnos del COVID-19 y disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad grave en caso de contagio. Los expertos nacionales e internacionales lo han repetido constantemente: es necesario fortalecer nuestro organismo y repensar la manera en que hemos tratado a nuestro cuerpo.

 

Por ello, tras la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la campaña #SanosEnCasa, en la que reconocía que el confinamiento puede tener consecuencias negativas en la salud física y mental de la población. Como parte de esta iniciativa, el organismo internacional emitió recomendaciones para que las familias se mantuvieran en condiciones de salud óptimas, a pesar de tener una menor interacción social. De esta manera, alentaba a la población mundial adulta para llevar a cabo, como mínimo, una rutina que incluyera actividades físicas de intensidad moderada durante al menos 150 minutos a la semana.

 

Al hacer ejercicio, es posible reducir la grasa corporal y disminuir el riesgo de enfermedades, como accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 o cáncer, las cuales, como es bien sabido, no solo afectan por sí mismas a quienes las padecen, sino que también incrementan la vulnerabilidad frente al COVID-19. La actividad física fortalece huesos y músculos, además de aumentar el equilibrio y la flexibilidad. Pero no solo eso, sino que también reduce el deterioro cognitivo, la depresión y contribuye a que el estado de ánimo mejore de manera general.

 

Según la OMS, un estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad”. Por ello, para mantener una buena salud, es necesario no solo cuidar nuestro cuerpo, sino también nuestras mentes y estados de ánimo, a fin de buscar un equilibrio en todos los aspectos y ámbitos en los que nos desarrollamos, tanto familiar, como profesional y con la sociedad en general.

 

¿Es posible lograrlo? La constancia y la disciplina son muy importantes para eliminar los malos hábitos que dañan nuestra salud. Cambiarlos requiere de un esfuerzo constante que con el tiempo se convertirá en una nueva rutina donde todo será posible: con organización y tenacidad, las tres dimensiones de la salud (física, mental y social) convergen para consolidar nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos. ¿Puede una madre de familia cuidar a sus hijos y al mismo tiempo seguir estudiando, ejercer su carrera profesional, comer saludablemente y establecer horarios o rutinas de ejercicio, ir al gimnasio, realizar un deporte, convertirse en atleta de alto rendimiento? Aunque suene complicado, cuando se busca como fin último mejorar la salud, los integrantes de la familia se convierten en un equipo. Trabajando juntos y siendo solidarios, los padres, abuelos e incluso los hijos adolescentes o adultos jóvenes pueden establecer horarios, apoyarse en el cuidado de los más pequeños de la casa y motivarse para mantener el equilibrio entre los nuevos retos de una vida fitness y el mundo laboral, académico y social.

 

La armonía y el balance de las actividades deben buscarse en todos los aspectos: las emociones, la familia, el organismo, el alma. La motivación y el esfuerzo nos ayudan a convertirnos en personas productivas, concentradas, activas, equilibradas y más satisfechas con nuestras vidas. Para lograrlo, se deben romper las barreras de las excusas. Comer mejor, perder peso y hacer ejercicio mejora todas las capacidades físicas de las personas: el corazón está en mejor estado, aumenta la capacidad pulmonar, mejora la concentración, disminuye el estrés y, en general, incrementa la agilidad mental y física. El beneficio es integral.

 

Además, son hábitos que debemos inculcar también en nuestros hijos, pues esto impactará positivamente en su sano desarrollo e incrementará su seguridad y sus capacidades de autocuidado. No importan los recursos con los que se cuenten. El cambio está en tomar buenas decisiones todos los días: hacer en nuestra propia sala una rutina de ejercicios apropiada para nuestra condición física, comprar más frutas y verduras, tomar agua, salir a caminar a un parque, buscar la asesoría de un médico para seguir el camino más adecuado en cada caso. Esas decisiones, que parecen tan pequeñas, en realidad son los primeros pasos hacia una vida para nosotros y para quienes más amamos.

 

 

Hay ejemplos de vida que nos inspiran todos los días. Dedico esta columna a mi esposa Cory, a quien admiro por la gran tenacidad con la que cumple todos sus objetivos. Gracias por ser una madre amorosa, una excelente profesional y un ejemplo de disciplina y amor por el deporte.

 

 

 

 

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Alexandro Méndez es jefe de oficina de Recaudación de Los Mochis, doctor en

Administración Pública por la Universidad Anáhuac del Norte y profesor de asignatura en la

maestría en Administración Pública de la Universidad Tecnológica de México.