De la brevedad de la vida
Por Leonardo Zamora 13 Julio 2024
Mi Opinión...
La mayor parte de los hombres, se queja de la maldad de la naturaleza porque nos han engendrado para un tiempo breve que la vida corre tan veloz, tan rápida, que si, exceptuamos unos pocos, a todos los demás les priva de ella en el preciso momento en que se aprestan a vivirla.
Foto: Cortesía
El tiempo que tenemos no es corto, es que perdemos mucho, la vida se nos ha dado con largueza suficiente para emplearla en la realización de cosas de máxima importancia, si se hace buen uso de ella.
Lo cierto es que no recibimos una vida corta, somos nosotros los que la acortamos.
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La vida ya está en puerto seguro; se le podría añadir algo, pero quitarle nada. De la misma forma que alguien toma un poco de comida que ni siquiera desea, cuando su estómago ya está satisfecho pero no saturado.
No piense, por tanto, que alguien ha vivido mucho, porque ya tiene canas o cara arrugada. No vivió mucho, sino que duró mucho.
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Acaso puedes decir que navego mucho aquel que habiendo salido de puerto fue zarandeado aquí para allá por una tempestad, arrastrado por furia de vientos encontrados y, que al final tocó tierra, moviéndose siempre por los mismos espacios.
Ese no navego mucho, sino que fue golpeado con fuerza muchas veces.
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Nadie te restituirá los años y nadie te restituirá a ti mismo. La edad seguirá su camino que comenzó sin volverse atrás ni detenerse. No hará ruido ni te advertirá de su velocidad; se deslizará callada y seguirá su camino.
Correrá tal como se le ordenó desde un principio, nunca se apartará de su camino y no se detendrá en ninguna parte. La muerte, entretanto, se acerca para la cual, quieras o no, más tarde que temprano llegará.
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La vida se divide en tres etapas: el presente, la pasada y la futura, de estas tres, la que vivimos en el presente es la más corta, la venidera es dudosa, la que hemos vivido cierta. Sobre el pasado la fortuna perdió ya sus derechos porque no puede someterse a la voluntad de nadie.
Fuente: Seneca, escritos
