Opinion

Diputados de Sinaloa ganan más que AMLO

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Por Juan Manuel Partida 30 Enero 2023

Entre casi 126 mil hasta cerca de 172 mil pesos mensuales de sueldos ya con impuestos descontados

Ilegalmente, diputados locales de Sinaloa ganan más que el presidente AMLO.

Entre casi 126 mil hasta cerca de 172 mil pesos mensuales de sueldos ya con impuestos descontados, en datos a diciembre del año pasado.

Como si de verdad sirvieran para algo; con las excepciones de quienes sí trabajan o cuando menos intentan hacerlo frente al dictador que ahí decide casi todo.

Presumen falsamente que están por debajo del salario del presidente de la república, pero reciben apoyos que no se reconocen como parte del ingreso.

Como “apoyos para la gestión de diputado”, 20 mil pesos mensuales, y 16 mil pesos para hospedaje y alimentación a legisladores que tienen su residencia a más de 50 kilómetros de la ciudad de Culiacán.

A cada uno de los integrantes de la Junta de Coordinación Política, 10 mil pesos mensuales; los coordinadores de grupos parlamentarios, 20 mil pesos cada mes.

La coordinadora de la fracción parlamentaria del Partido Sinaloense, Alba Virgen Montes Álvarez, es quien oficialmente aparece con el ingreso mayor porque al recibir estos cuatro apoyos suma cada mes 171 mil 899.04 pesos.

Con aparentes robos, como sería el caso como del diputado morenista Serapio Vargas Ramírez, que siendo legislador culichi cobra para hospedaje y alimentación.

Esta información es pública y puede ser consultada en la página web del Congreso de Sinaloa, en el link siguiente: https://www.congresosinaloa.gob.mx/diputados-sinaloa/.

Los cuarenta legisladores locales de Sinaloa reciben cada uno los 20 mil pesos mensuales como “fondo de gestión social”.

Veinticuatro cobran los 16 mil pesos para alimentación y hospedaje; ocho diputados los diez mil por ser miembros de la JUCOPO, y la misma cantidad de dinero los coordinadores parlamentarios de Morena, PRI y PAS.

Con cargo al pueblo de Sinaloa, el gasto en estos sobresueldos disfrazados suma un millón 294 mil pesos cada mes, lo que al año nos da la nada despreciable cantidad de 15 millones 528 mil pesitos.

La Ley Federal del Trabajo es muy clara en su artículo 84 contra estos sobresueldos ilegales.

“El salario se integra con los pagos hechos en efectivos por cuota diaria, gratificaciones, percepciones, habitación, primas, comisiones, prestaciones en especie y cualquiera otra cantidad o prestación que se entregue al trabajador por su trabajo”.

Ninguna duda hay de que nuestros diputados locales se burlan de la ley y de la cantaleta de austeridad por el mesías macuspano.

Lo saben muy bien todos los diputados.

Esta ilegalidad la tenemos que atribuir al presidente de la Junta de Coordinación Política, diputado morenista Feliciano Castro Meléndrez.

No es novedad, cierto, pero debió corregirse de inmediato cuando Andrés Manuel López Obrador asumió su cargo.

Entendamos sin embargo que vivimos en el México de los atoles en que se nos presume austeridad mientras se despachan con la cuchara grande.

Lo peor es que ni tantita vergüenza les da a quienes dirigen la peor legislatura local de nuestra historia en el estado.

Puntualicemos pues que el diputado Feliciano Castro pisotea la pública consigna del presidente AMLO.

Y que le vale.

Lo criticamos por la simple y sencilla razón de que estos abusos de poder deben ser conocidos y repudiados por el pueblo de Sinaloa.

Que sigan aplaudiendo los cómplices, eso difícilmente lo vamos a corregir.


ATACAN DIPUTADOS LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN


Ingenuidad -por decir lo menos- de parte de la diputada priísta Concepción Zazueta Castro.

Cómo entender qué se sume a la legisladora Morenista Almendra Negrete en el anuncio de una iniciativa para prohibir y castigar los discursos de odio.

Como si nos faltaran censuras y amenazas, ahora la posibilidad de una nueva ley contra la libertad de expresión.

Imagínense lo que pasaría con esta “justicia” de Sinaloa al servicio de la cuatroté.

No se preste, diputada Connie.

Lo de escuchar a todas las voces del pueblo es pura maroma.

Regulaciones ya existen, y ninguna necesidad hay de darles armas adicionales a quienes no toleran las verdades incómodas.