Opinion

Don Juan Millán (desde las gradas…)

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Por Benjamín Bojórquez Olea 26 Octubre 2023

Sobre el camino

Ser un privilegio es muchísimo más que una opción en la política; es lo que te hace ganar una elección, tener éxito, ser querido y respetado. Para ser un privilegio, y no exclusivamente una opción, como tantas otras, es esencial sentirse privilegiado por representar a una ciudad y a unas personas que comparten en ese lugar lo que más valoran: sus vidas y la felicidad de los suyos. 

El sentimiento de orgullo y pertenencia es emocional, y a la vez totalmente percibido y metabolizado por esa ciudadanía expectante a la que nos dirigimos para pedirle su voto, su apoyo, su certeza. Que te sientan como uno más es básico, imprescindible y hasta necesario. 

No es solo el respeto hacia el licenciado Juan S. Millán Lizárraga, es verbi – gracia de grandeza y de su admirable lealtad a la vida, hombre integro y caballeroso, leal a las personas y a las instituciones, político de convicciones, de resultados y firmeza; un patriota. Gobernó el Estado de Sinaloa y aún está vigente en el corazón de muchos servidores públicos de izquierda y derecha, sin importar la ideología 

Gobernó y encendió todas las luces de palacio de gobierno y abrió las puertas para demostrar que no tenía miedo. Don Juan Millán venció las resistencias dentro de una dictadura partidista, venciendo al extinto Lauro Díaz Castro en una lucha interna en donde tenía todo el poder ejecutivo estatal en contra, aún y así, rompió la lógica y superó la fuerza de la razón. 

La derecha en ese tiempo que gobernó Sinaloa en el periodo de (1999 – 2004) tenía mucho músculo y no se sabía que iba a suceder, pese a sus adversarios políticos, siempre se comportó de maravilla y a la altura. Millán Lizárraga sigue siendo un hombre valiente, cabal y honrado con una preparación cultural y una sensibilidad única. 

Desde que entregó las llaves de la oficina más refrigerada del estado, su imagen salió reforzada, hoy los políticos hacen fila para tomarse la foto con el Rosarense, dejando un gobierno fuerte y equilibrado, funcional y una administración sana, gozando de ese privilegio su sucesor el extinto Jesús Alberto Aguilar Padilla. 

Sus rivales políticos lo reconocen y coinciden que tuvo grandes aciertos, un líder nato, con argumentos de ideas. Durante su gobierno se presentaron siniestros, supo resolverlos y siempre le dio celeridad y prioridad a los temas primarios del estado, fue un gobernante que cuidó las formas pese al gran poder que tenía, el poder nunca lo mareó y solidificó su gobierno y respetó a sus detractores, recogiendo en ellos la fuerza de voluntad. 

Su agenda siempre estaba llena y cuando entregó el mando del bastón sinaloense, se apartó de la vida pública, respetando con esa discreción que se requería. Don Juan Millán, hoy en día, goza a su familia, se divierte con sus amigos más allegados y cuida su salud a sus 79 años de edad. 

GOTITAS DE AGUA: 

Don Juan Millán es un referente humano y político de enorme talla, se le considera una figura importante en el cambio y la evolución del estado. Su legado ha permeado logrando que en política no sea una opción, sino un privilegio. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…