En México y en Sinaloa estamos pasando por una situación que compromete y exponen las deficiencias en materia de infraestructura por parte del sector salud y que por décadas ha estado en un proceso de indefensión técnica y de malos manejos de directivos y políticos en relación a los recursos de dicha institución, por ello es indispensable realizar todo tipo de estrategia para que se establezcan mecanismos reorientados y organizados y muy de la mano con todos los empleados que forman parte de la comunidad médica. La situación del sistema de salud en Sinaloa tiene severas deficiencias que no se han atendido a tiempo, nos comentan, y la llegada del Coronavirus no ha hecho más que exhibir la precariedad en la que muchas ocasiones operan bajo condiciones de adeudos longevos y por ende menor inversión a equipamiento y medicinas, sin embargo, el gobierno que encabeza, Quirino Ordaz Coppel, ha hecho con menos recursos federales y en menor tiempo posible inflamar las expectativas de esta sensible institución, ya que simultáneamente está por concluir con la construcción de 4 hospitales en la entidad, que por cierto uno de ellos ya está en funciones y que se encuentra ubicado en el puerto de Mazatlán y otro hospital que será próximamente abierto en Culiacán, Sinaloa, para atender de forma personal esta epidemia que ha trastocado al mundo. En ese sentido es el único estado de la república mexicana que construye 4 hospitales para así poder atender las demandas de salud pública que son muchas. La “bata blanca” y personal administrativo del sector Salud se han acogido a la disposición del gobernador sinaloense en el sentido de que los empleados estatales podían ausentarse de sus puestos y laborar desde sus casas si son mayores de 60 años de edad, presentan diabetes, hipertensión o se trata de mujeres embarazadas. La verdad es inadmisible la conducta de ciertos médicos que ponen en evidencia la inmundicia, lealtad y compromiso con una institución tan sentida y vulnerable como lo es la salud pública, peor aún, la impuntualidad y falto de ética para poner el ejemplo ante compañeros que laboran en dicho nosocomio y se están jugando la vida por dicha pandemia. Si, si señores, en el Hospital General de Guamúchil existen médicos y personal administrativo que eluden y violentan códigos laborales por el simple hecho de sentirse los “Goliats” de dicha institución, digo esto, porque el sub director del Hospital General de Guamúchil ya sea por cundina o propina como usted quisiera llamarle, el Dr. Eleno Sánchez Elizalde, brilla por su ausencia, nos comentan que no cumple con sus obligaciones al no asistir como encargado de la sub dirección del hospital general de Guamúchil, la escusa está perfecta y es que su edad debe ser acatada de forma responsable, lo cual permite resguardarse en su casa, hasta ahí vamos muy bien, pero aquí la situación se torna diferente, ya que el Dr. Eleno Sánchez Elizalde funge como sub director del Hospital General de Guamúchil y por sentido común y responsabilidad al cargo debería de acudir y presentarse, de no ser así debería entregar dicho cargo a otra persona que si cumpla con los protocolos de gobierno y así apoye a las acciones que se están implementando ante esta situación sanitaria. Aquí es importante resaltar de que el sector salud a emitido oficios en donde personal médico que tenga más de 60 años no acuda a los hospitales, pero insisto un cargo de esa magnitud obliga a que por ética laboral cumplas con tus obligaciones profesionales muy por encima de esta contingencia que a diario permea en la sociedad. A mi criterio, el Dr. Eleno Sánchez Elizalde debería hacer conciencia y solidarizarse con la comunidad médica, ya que se requiere de médicos las 24 horas del día para enfrentar la epidemia. Por ello pongo este pequeño pero significativo ejemplo de este médico de nombre, Francisco Javier López Olguín, un especialista epidemiólogo con un aproximado a los 64 años de edad y que aun con licencia por la contingencia sigue sumado al trabajo por el puesto y especialidad que tiene. Por tal motivo invito al Dr. Eleno Sánchez Elizalde que valore su posición y reflexione, es entendible que por su edad y los protocolos médicos se quede en casa, lo que vemos mal es precisamente por el cargo que ostenta y que por ética profesional tenga muy presente un ejemplo que líneas arriba colocamos de manera muy clara.
GOTA Y CHISPA:
En fin, así están las cosas. Pero dentro de las incongruencias laborales por parte del sub director del Hospital General de Guamúchil quisiera reconocer la labor incansable de la Directora del Hospital General de Guamúchil, Norely Camacho Quiroa, mujer que le ha imprimido el extra y que se expone a diario, ya que ella cuenta con un bebe y familia que atender, sin embargo, la doctora Norely originaria del Municipio de Angostura hace lo que ama para cumplir con su trabajo y compromiso ético. Eso es precisamente lo que se debería de valorar, así como también al epidemiólogo, Francisco Javier López Olguín, además de personal y enfermeros que laboran y luchan a diario ante esta atroz epidemia. “Nos vemos Mañana”…