Opinion

El arrastre de Sergio Torres…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 16 Julio 2020

SOBRE EL CAMINO

 

 

Un secretario de estado, de tamaños, además de resultados elocuentes es sin duda, Sergio Torres Félix, un hombre que justifica con su trabajo todo aquello que le persigue, en este caso sus detractores y esas envidias insanas que ha provocado durante mucho tiempo, su temple lo administra y será sin ninguna duda un personaje que estará en una boleta electoral, sin embargo, sabemos que es el secretario mejor evaluado, mejor aún, el mejor evaluado por la sociedad pésele a quien le pese. Y hoy mismo, podríamos, con los dedos de una sola mano, contar a aquellos que reúnen lo anterior a cabalidad, siendo el más visible, el actual Secretario de Pesca en Sinaloa, Sergio Torres Félix, y vamos, que no es mera zalamería sino justo reconocimiento al funcionamiento y talacha de este funcionario estatal. Un ciudadano y político que valora profundamente el conocimiento y la técnica en el servicio público, pues si un calificativo se ha repetido en cada unos de los puestos desempeñados durante su larga trayectoria, ha sido el de excelente y cambiar de chip cuando ha sido necesario. Capaz de construir puentes y entendimiento, adónde los demás solo encontraban diferencias, vacíos y conflictos; para muestra, solo basta ver el buen desempeño y operación en distintos programas de apoyo en diversas zonas del territorio marítimo de Sinaloa y es como para darse cuenta que la línea del compromiso y tener que reinventarse es beligerante y de conciencia, que se ha traducido en la tan alternancia de la sociedad anhelada en Sinaloa más allá de las condiciones hacia el 2021, algo que luce muy circunstancial debido al CARÁCTER y en la cruel adversidad a la que día a día nos enfrentamos. Sergio Torres es un hombre de “carne y hueso” que entiende el tiempo que le ha tocado vivir y los retos tan complejos de un mundo que avanza sin piedad, dejando atrás a los incompetentes, a los timoratos, a los que se aferran a las ortodoxias del pasado. Y es por supuesto, alguien que en su andar y en su trato hacia los demás, inspira respeto, confianza y una gran admiración, que no son el resultado del estatus de ser ya, durante mucho tiempo, un protagonista de la vida pública de la Entidad, sino por su gran humanidad, talento y convicciones. No obstante, si los ciudadanos, nos olvidamos de lo que al día de hoy parece tan claro, nuestra clase política seguirá siendo tierra muerta, adonde nada bueno crece. Adónde las rivalidades y las luchas de ególatras incompetentes, nos seguirán dividiendo hasta un punto en el que muy seguramente ya no habrá marcha atrás. Los ciudadanos debemos tener muy claro, que el nuevo analfabetismo ya no es no saber leer o escribir, sino, el no estar dispuesto a aprender, a escuchar, a ser lo suficientemente disciplinados para cambiar un entorno que no nos permite desarrollarnos con plenitud. Hace falta ese equilibrio tanto en el trabajo como también en la preparación, ya que Sergio Torres reúne características que como líneas arriba comentaba, que no cualquier político reúne talento, mano firme y convicciones, que a través del tiempo ha venido construyendo y puliendo de forma objetiva el secretario de Pesca en Sinaloa. Me niego a pensar que seguiremos siendo una sociedad, que se muere día a día sin jamás oír la bella música que lleva dentro… la de la grandeza. 

 
 

GOTITAS DE AGUA: 

 
 

Estamos cansados de esos políticos acartonados, de esos políticos que se llevan prometiendo castillos en el aire. Por ello, el objetivo puede ser construir una pirámide, detener una epidemia, reconstruir una ciudad luego de un sismo e inundaciones, enviar una nave a Marte o ganar las elecciones. La constante es siempre la misma: cooperación masiva flexible. Eso es lo que permite la estrategia política: que un sector de la sociedad trabaje colectivamente a gran escala, para lograr un objetivo político. Al final del día, cuando uno examina los resultados electorales, encuentra el mismo secreto. Ese pequeño gran secreto es que el ganador se diferencia de los demás en que fue mucho más efectivo a la hora de organizar a su gente para una enorme y prolongada tarea de cooperación colectiva. En ese sentido, Sergio Torres Félix constituye la excepción, un ciudadano que antes de doblegarse, observa y guarda silencio. Esa es su liturgia lo que lo lleva a la discreción. “Nos vemos Mañana”… 

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