EL CUARTEL DE GRACIELA
Por Benjamín Bojórquez Olea 28 Marzo 2019
SOBRE El CAMINO
Resulta difícil creer que nadie del pasado supiera la realidad de esta nueva 4ta transformación local en Sinaloa, sobre todo, lo que se estaba gestando desde la izquierda, que como lucha intestina veo complicaciones y complicidades por distintas razones, llevando al precipicio cambios de actitud de la sociedad hacia “El Cuartel de campaña de Graciela”, donde los golpes populistas llevan entre pecho y espalda una orientación que lejos está de pactos discriminatorios hacia las demás plataformas políticas del Estado sinaloense, sino que están supeditadas y mal diseñadas para efectos políticos agresivos, golpeado todo lo huela a coherencia y, por supuesto, sin sustento legal desde el recinto legislativo conducido por la (JUCOPO) y su líder Rosarense. En efecto, el edificio del recinto legislativo no goza de prestigio, que más bien parece un manicomio político y social, con claros mensajes de una credibilidad que poco a poco es mermada por la sociedad de apie. Graciela Domínguez Nava llegó al palacio legislativo y ha utilizado para sus trapacerías y proyectos personales un encono no solo de la oposición sino también ha provocado escozor dentro y fuera de Morena. Sin embargo, pareciera que los humores atrapados han contagiado a los de Morena en Sinaloa, quienes al paso de los días se comportan de forma más zafia y alienada, haciendo con su quehacer cotidiano legislativo, lo cual MORENA luzca como un manicomio, dentro del cual, hasta el Presidente de la república por conducto de sus acoples e interlocutores emigre y busque otras alternativas de cohesión que le aporten su granito de arena en este concierto de lunáticos. El primer signo visible de la locura colectiva de Morena es el asombro y esa pizca de temor a lo insondable y un incipiente brillo de esperanza en la mirada social, ya que este “Movimiento Tinto” sufre una diferenciación de personajes bipolares de una distinta forma maquiavélica de hacer política. ¿Cuáles son las consecuencias? Primero, la rebatiña por repartirse las comisiones legislativas al principio de su ejercicio constitucional, donde Graciela Domínguez Nava y demás compañeros se dieron hasta con la cubeta en esa repartición de comisiones, que a mi criterio no cumplen en definición, ya que la falla académica de muchos morenistas ni a titulo profesional llegan, quedando en un estado de indefensión para cumplir con las tareas legislativas y constitucionales que marca la ley orgánica del congreso local. Es por eso, la deficiencia en subir posicionamientos e implementar iniciativas de ley para el mejoramiento de las reformas de ley a beneficio directo del pueblo sinaloense y su colectivo, así como el trabajo legislativo que deja mucho que desear en la eficacia, con tal de obtener los sitios más privilegiados del manicomio legislativo. En ese primer momento, todo parecía tan solo una más de las batallas “inter tribus”, de las cuales habían hecho gala cotidiana cuando MORENA era tan solo un embrión enquistado en el PRD del pasado, y, por lo tanto, confiábamos en que digerido el empacho electoral, se comportarían como caballeros y damas, y, no –según decía Cantinflas: “como lo que son”. A la par del deschongue legislativo, empezaban a aparecer los primeros signos de la bipolaridad de Graciela Domínguez Nava. Ella, que durante sus primeros momentos lucía cuerda y hasta sensata en su comportamiento político, procurando una transición ordenada, sin rencores, ni sangre; pero conforme pasaban los días comenzó a hacer bizcos cuando los diputados de MORENA le sacaban la lengua y le lanzaban las diferencias de las plataformas adheridas al partido tinto, que por consiguiente llegaron al punto de ebullición, debido a los intereses de cada quien, tanto federal como local.
GOTA Y CHISPA:
Por ello y en honor a la verdad, el único cuadrilátero interesante, e interesado en este combate de verdades y realidades de Morena y sus seguidores del palacio legislativo y acarreados, es esa búsqueda de estructuras falsas, ya que los conspicuos miembros de la vino tinto han decepcionado a esa fanaticada, que poco a poco irá emigrando al razonamiento y no a esa emoción que envolvió Andrés Manuel López Obrador en las pasadas elecciones. ¡En fin! “Al tiempo”. “Nos vemos Mañana”…