El despertar de la clase media...
Por Benjamín Bojórquez Olea 23 Noviembre 2022
Sobre el Camino
Hace días posterior a la marcha del pasado 13 de
Noviembre dejé 5 puntos del porque no estamos de acuerdo con
la reforma electoral que será enviada a las cámaras baja y alta. Esto
pienso.
Lo que se juega con la reforma electoral en curso es el régimen de
libertades políticas y civiles.
Lo que realmente está en riesgo no es el método con el que
vayan a ser electos los próximos consejeros y magistrados
electorales ni la reducción del número de diputados, ni la gestión del
padrón electoral y la credencial de votar, todo lleva a pensar que ambos instrumentos
retornarán a la Secretaría de Gobernación, como en los tiempos dorados
de Manuel Bartlett.
Aunque en sí mismos ya representa un peligro, un mal presagio,
tratándose de la mano de este gobierno, que ha dado muestras
sobradas de no ser partidario de la legalidad ni de las más
elementales formas democráticas, no obstante que ante el Poder Legislativo
protestó hacerlo. Me refiero a lo que el propio presidente resume
meridianamente con la frase: "no me salgan con que la ley es la
ley".
Lo que realmente se juega con la reforma electoral en curso,
que no es reforma, sino contrarreforma, es el régimen de libertades
políticas y civiles. Contrahecho y limitado, ciertamente, pero
vigente; admite actos cívicos como los del domingo en todo el país. La
contrarreforma del presidente nos devuelve a los espesos años setenta, cuando
todo-todo era concentrado en el puño del presidente.
López Obrador, de conseguir su
reforma electoral, al día siguiente anunciará que pasa a la siguiente
fase (palabra-cliché muy en uso entre grupos de filiación trosquistas y
maoístas enquistados en las universidades públicas en los setenta), y así
sucesivamente se irán suprimiendo libertades en función de culminar
el objetivo supremo (su objetivo) de la Transformación. Un
acontecimiento sin precedentes, sólo equiparable con la Independencia, Reforma
y Revolución, en su dicho.
En su concepto, transformar equivale a destruir todo lo
erigido, todo lo que proviene del pasado, todo lo contaminado y maldito, y
sobre sus cenizas construir las bases del Hombre Nuevo (esa figura
retórica que viene desde la época antigua y aparece en todos los ismos, y en el
caso latinoamericano es encarnado en la persona del Che Guevara).
En aras de esa Transformación (con mayúscula) el
presidente se arroga (busca arrogarse) facultades
metaconstitucionales, absolutas. Esto es, que se le permita todo, incluso
atentar contra el mismo régimen de libertades políticas y civiles. Dicho
pronto y con franqueza, la transformación es una coartada. La coartada del
presidente y Morena, su instrumento de acción, para propósitos que,
bien a bien, no se acaban de entender, pero se intuyen.
Esas locuras, ya lo sabemos, acaben en catástrofes humanitarias.
Recuerdo unas lecturas que acostumbro leer por las noches (1958-1962) en
China murieron 45 millones de personas, víctimas de la persecución
política, la violencia y el hambre. Ese fue el costo en vidas humanas de
la aventura de Mao Zedong. Un iluminado que se propuso redimir
a su pueblo.
El mismo horror se repitió en la Unión Soviética. Millones y
millones de muertos por hambre, por trabajo forzado, por persecución política,
campos de concentración. Siempre habrá un objetivo superior que lo justifica;
para que millones de personas sean condenados a la hoguera en función de alguna
causa ejecutada por algún iluminado. Al respecto se conocen algunos libros,
pero en general la mayor parte del horror se mantiene oculto.
En efecto, no hay nada equiparable, entre esto y aquello, pero nunca
estará demás encender las alarmas del peligro, en particular ahora que
tenemos un nuevo y poderosísimo actor en el escenario de la política nacional:
los militares y la militarización de la administración
civil.
Sin que viniera al caso, el presidente dijo en la semana, que no
confía en las autoridades electorales. Teme, dijo, que se
sigan haciendo fraudes electorales.
"Si perdemos las elecciones es por culpa de los árbitros. Si las
ganamos es a pesar de los árbitros". Esto, en buen cristiano, se le llama curarse en salud. Nada nuevo, por
cierto, es lo mismo que adelantaron Donald Trump y Jair
Bolsonaro. Culpar al árbitro.
GOTITAS DE AGUA:
Curiosamente, el gobierno de la Ciudad de México decretó contingencia
ambiental el día de la marcha, lo que fue interpretado como un intento de
boicot. Ahora bien, ¿el gobierno de la Ciudad de México decretará
contingencia ambiental este domingo 27 de noviembre, tras la marcha que
encabezará López Obrador? Ustedes que creen. Además,
el secretario de Gobierno de la capital calculó en 12
mil el número de asistentes a la misma. Un cálculo muy alejado de la
realidad de la manifestación, pero que quizá exprese algo sobre
su sensibilidad y su estatura política.
La reforma electoral que en
verdad hace falta es una que fortalezca las capacidades de fiscalización de
los órganos electorales sobre los partidos y sus campañas políticas.
El dinero ilegal que entra en las campañas se traduce en la puerta
más grande para la corrupción. Todo lo que entra al poco tiene que salir, (de
dónde más), de las arcas municipales, debidamente incrementado. Todo a
costa del bienestar de la gente. Con todo esto, ¿alguien puede
dudar de los rasgos autoritarios del grupo
en el poder? "Si cierran la puerta, apaguen la luz".
"Nos vemos Mañana"...