Muchos se preguntarán esa necedad e insistencia personal de los efectos y propio estilo de gobierno de Quirino Ordaz Coppel y de su compañera de fórmula y vida, Rosy Fuentes de Ordaz. Pues bien, solo procurando la liturgia y ese prologo o precepto, porque cuando el hombre está callado, otros hablan, él observa. Y mientras otros actúan, él planea. Y cuando finalmente ellos descansan, él embiste. Ante todo lo que se suscita en Sinaloa desvirtúan y desorientan vertebralmente las nuevas técnicas de adelantarse ante la ya multicitada sucesión del 2021. Todos buscan agarrarse de su chambelán sin antes analizar si las circunstancias reales no cambiarían, montándose en un caballo desbocado y con posibilidades de agenciarse un camino directo a la Antártida. La observancia de años me ha enseñado que adelantarse a los tiempos solo sirve para que afinen la puntería los contras y empiecen a escarbar en la búsqueda de pecadillos o dislates que puedan ser utilizados en su momento. Pocos sobreviven un escrutinio de esta naturaleza. Ahora que si son aves de plumaje limpio que aguante cañonazos y zancadillas, tampoco se escaparán del desgaste de casi 2 años que habrán de sufrir y resulta en un hartazgo ciudadano y/o decepciones por traiciones y deslealtades que siempre están presentes. Sin duda parte de la naturaleza humana. Lo cierto es que el Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, práctica un estilo de gobierno diametralmente opuesto a los de los anteriores gobiernos, utilizando como marca personal y no por partidos políticos, carajos, que no se dan cuenta los iluminados y los que gozan de condiciones y venganzas, que la sociedad no fácilmente la confunden utilizando estrategias que el propio gobernador de Sinaloa atrae para manufacturar y ponderar su fuerza única y exclusivamente enfocada en la sociedad. En lo personal, me gusta y me resulta saludable, aunque entiendo que a otras personas tal vez les disguste y les provoque insania. Por mi parte intento analizar el comportamiento de políticos y del estilo de gobierno de Quirino Ordaz Coppel, los que no comparten su manera de gobernar manifiestan su desagrado dentro de una gama de posturas que van desde la crítica razonada y propositiva hasta el denuesto y la procuración de su muy anticipada búsqueda de los grupos, que indómitamente provocan escozor y aislamiento. Quirino Ordaz Coppel ejerce un gobierno a la luz del día, con la máxima transparencia posible, sometido cotidianamente al escrutinio de la prensa, eso se llama libertad a todo tipo de expresión mediática y política y del público que lo sigue. El ejecutivo estatal tiene prisa, sabe que su mandato pasa muy rápido y que no hay más. De ahí que asombra su capacidad ejecutiva y su tozudez de ejecutor y facilitador. Para nadie es desconocido que una de las entidades federativas que más está creciendo y atrayendo inversiones es Sinaloa, Estado ubicado al noroeste del país que se ha convertido en punta de lanza en materia de Turismo en el país y del propio exterior. El Gobernador Quirino Ordaz Coppel es poseedor de un estilo peculiar, pero efectivo. Hombre de amplia experiencia política y administrativa, Quirino Ordaz Coppel es un convencido de que el desarrollo y crecimiento siempre son resultado de éxito, de la administración eficaz de los recursos públicos y de un ambiente propicio para que le vaya bien a Sinaloa. Se trata de la evidencia de un estilo personal de gobernar, uno enérgico y comprometido con traducir las acciones de gobierno en beneficios sociales. Y es que como en las empresas, en el gobierno lo que importa son los resultados y que éstos sean favorables para la población. Y ello es justamente lo que busca este hombre comprometido con Sinaloa y no con promocionar hombres y mujeres para una sucesión que solo causa confusión y desanimo social.
GOTA Y CHISPA:
Ese estilo, pero sobre todo los beneficios que arroja dan muestra de un gobernante consciente y preocupado por cerciorarse que sus instrucciones se cumplan. Y ése es justamente un reclamo de la sociedad, pues numerosas veces vemos que los gobernantes instruyen pero poco hacen por cerciorarse de que sus instrucciones se acaten y se cumplan. Y como reza el refrán popular «Instrucción no supervisada es instrucción no dada». Así que bien por el gobernador de Sinaloa que da una muestra más de por qué su Estado se encuentra posicionado y con altos estándares de desarrollo. Por tal motivo, el jefe del tercer piso no vino a ocupar la silla más importante del estado, con el simple hecho de jugar al gato y al ratón, sino que vino a ejercer un compromiso que firmó con la sociedad el primer domingo de julio de 2016. “Nos vemos el Lunes”…