El FONDO DE LA PISCINA
Por Leonardo Zamora 06 Mayo 2024
Mi Opinión...
Un excelente nadador, tenía la costumbre de correr hasta el agua, y de mojar solo el Dedo Gordo del pie antes de cualquier buceo.
¿Cuál era la razón de este hábito?
Hace unos años yo era un profesor de natación. Enseñaba a nadar y saltar del trampolín.
Una noche, yo no podía dormir, y fui a la piscina para nadar un poco.
Foto: Cortesía
No encendí la luz, pues la luna brillaba a través del techo de cristal del club.
Cuándo yo estaba en el trampolín, vi mi sombra en la pared del frente, con los brazos abiertos mi imagen formaba una magnífica cruz.
En vez de saltar, me quede ahí parado, contemplando mi imagen.
En ese momento pensé en la cruz de Jesucristo y su significado.
Yo no era un cristiano, pero cuando niño aprendí que Jesús había muerto en la cruz para salvarnos con su preciosa sangre.
En aquel momento, las palabras de aquella enseñanza me vinieron a la mente, y me hicieron recordar lo que yo había aprendido sobre la muerte de Jesús.
Foto: Cortesía
No sé cuánto tiempo me quedó parado con los brazos extendidos.
Finalmente baje del trampolín y fui a la escalera para sumergirme en el agua.
Descendí de la escalera y mis pies tocaron el piso duro y liso en el fondo de la piscina.
Habían vaciado la piscina y yo no lo había percibido: Sentí un gran temblor y un escalofrío en mi espalda. Si hubiera saltado sería mi último salto.
En aquella noche la imagen de la cruz en la pared me salvó la vida.
Me quedé agradecido a Dios, qué me arrodillé en el borde de la piscina confesando mis pecados, y me entregué a él, consciente de que fue exactamente en una cruz que Jesús murió para salvarme.
Foto: Cortesía
En aquella noche fui salvado dos veces y para nunca olvidarme, siempre que voy a la piscina meto el dedo del pie antes.
Dios tiene un plan de vida de cada uno de nosotros y no sirve de nada querer apresurarla, o retardar las cosas, pues todo sucederá a su debido tiempo. Y ese tiempo es el tiempo de el y no el nuestro.