El liderazgo que ha perdurado por Juan S. Millán Lizárraga…
Por Benjamín Bojórquez Olea 16 Noviembre 2023
Sobre el camino
El liderazgo que ha perdurado por Juan S. Millán Lizárraga…
Con admiración, gratitud y respeto a Juan S. Millán Lizárraga.
Dice el diccionario de la Real Academia Española, que forjador o forjadora "es la persona que tiene por oficio forjar".
Y de forjar dice "que es dar la primera forma con cualquier pieza de metal".
El diccionario Océano Uno coincide y agrega, como una acepción de sentido figurado, que forjar es crear algo con esfuerzo. El Rosarense, Don Juan S. Millán fue y sigue siendo ese forjador a sus 79 años de edad, en donde su plan de vida tanto pública como privada desencadena admiración y justicia libertaria.
Pero ya sabemos que los diccionarios tratan más de palabras que de vida (aunque las palabras sean vida desde luego). Si las palabras no tuvieran alcance metafórico, ¿Qué sería de ellas? ¿y qué de nosotros, sólo con palabras de significado estricto?
Porque forjador es el que forja, ya se sabe, pero lo que importa es lo que forja, a partir de qué la forja, cómo lo hace y, hasta dónde puede llegar con lo que forja. En pocas palabras, más liderazgo y menos ego.
Por eso forjadores son aquellos que se inventan su propia vida y contribuyen al desarrollo y bienestar de otros. Los forjadores crean mucho con muy poco y transforman la existencia de miles o millones a partir de una idea y de una gran dosis de tesón. Y por supuesto, de imaginación, talento y liderazgo. Los forjadores no son seres alados que están predestinados a la cumbre, y tampoco son seres mitológicos que tienen un lugar asegurado en las alturas. Suben por cuestas empinadas, casi siempre oyendo a buenas personas de buenas intenciones que les repiten no se puede. El licenciado Juan Millán es un forjador de vida, del deporte y de la cultura del esfuerzo.
Los forjadores creen siempre, fracasan continuamente y se renuevan una y otra vez. Los forjadores saben ver más allá del alcance de los ojos; intuyen, arriesgan, persisten, rectifican, avanzan, construyen. Se equivocan claro, pero aprenden, insisten, perseveran, innovan. De ahí que insisto en que se debe aprender a construir acuerdos para aprender a ser compañeros. Por eso, la persistencia de Don Juan Millán ha sido nada ocultable, y está en libros y en la historia de Sinaloa. Lo político fue un tema de gallardía.
Las discordancias se hallan a nuestro alrededor. Si no existen, entonces es muy fácil discernir lo que sucede. No se tiene vida y se vive aislado de cualquier tipo de contacto humano. La manera de abordar los desencuentros es lo que hace la diferencia. Cuando el camino nos presenta una discrepancia, tenemos la oportunidad de decir que la ocasión se convierta en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
GOTITAS DE AGUA:
Don Juan Millán encausó ese proceso público y privado de manera correcta y expedita, es posible salir fortalecidos de cualquier disputa. Una actitud positiva nos permitirá abordar con apertura la problemática. Nos impulsará a conocernos más a nosotros mismos. Y nos ayudará a descubrir puntos de vista alternos y divergentes. Viene a mi memoria Charles Pierre Baudelaire, uno de los "poetas malditos" de la Francia del siglo XIX, esgrimió una frase elocuente, controversial y profundamente reflexiva: "El mayor engaño del diablo es convencernos de que no existe”. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…