Opinion

El país está en riesgo...

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Por Benjamín Bojórquez Olea 22 Mayo 2023

Sobre el camino

Nuestro país ha cambiado tan rápido que no hay que esperar el próximo año para empezar a vivir los tiempos electorales. En el margen de nuestra existencia a veces nos acompañan aliados que nos permiten musicalizar las tormentas y convertir el arribo al anhelado buen puerto en el inicio de otra página que está por escribirse con la tinta de la expectativa que convierte, a las palabras y silencios, en la rosa de los vientos que nos indica el rumbo que seguirán los pensamientos y los suspiros, las lágrimas y lunas en sonrisa, los garabatos de la vida. 

 

Sí, el libro ha sido ese mapa que nos ha permitido navegar a través de las turbias y, por supuesto, las luminosas aguas de la historia, con el que se descifran las más profundas entretelas del corazón. Esa rosa de los vientos que en las viejas cartas de navegación y en las sofisticadas brújulas de siglos pasados señalaban los puntos cardinales y sus treinta y dos rumbos, servía los antiguos viajeros para orientar su camino y verse en la vorágine del mundo. 

 

El 23 de abril, se celebró al libro a nivel mundial. Festejamos que esa rosa de los vientos nos ha acompañado en el momento en el que solo las palabras han resistido a la barbarie y a la muerte. La fecha es una simple coincidencia que nos regala la fortuna: la intención es conmemorar la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y El Inca Garcilaso de la Vega, tres escritores que sembraron rosales en las diferentes latitudes del universo que estaban por crear en cada una de sus páginas. Nadie podría discutir la importancia de su obra, aunque sabemos que existen dudas, muchas preguntas y misterios acerca de su propia vida. 

 

Quizá más de un lector y lectora saben que la coincidencia en esta fecha no es tan exacta gracias a la diferencia de calendarios que se seguían en el año 1616 el Juliano, en caso del dramaturgo inglés, y, el Gregoriano para Cervantes y Garcilaso de la Vega, sin embargo, el gusto por lo simbólico nos ha llevado a conservar el sentido poético que existe en la posibilidad de que dos de los autores más relevantes hayan dejado al mundo en el mismo día, algo que solo en algunas de sus historias podría ocurrir. Sin embargo, aún falta agregar otro elemento en esta suerte de sortilegio que da resplandor a la fecha también es la fiesta de San Jorge, un personaje cuya hagiografía, incluida en la Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, nos habla de cómo logró salvar a una princesa venciendo a un terrible dragón. 

 

Mejor que canten los poetas, que lean en voz alta los narradores, que se nos cuente una historia, así, nuestra rosa de los vientos, aprender a resistir los vendavales. 

 

Cambiando de contexto, México está dividido como no lo estaba desde la Revolución, Guerra Civil y Guerra Cristera. 

 

Veintitrés años han transcurrido desde el inicio de nuestra real democracia y nos encontramos más cerca de aquella dictadura perfecta tricolor. La tradición nacional dicta que el culpable de todos nuestros males es el presidente en turno, junto con su gabinete y burocracia en turno. ¿Cómo llegamos a este punto de división y zozobra? Durante la "dictadura perfecta" del PRI México vivía bajo el régimen omnipotente del presidente en turno. Sabedores de que había que mantener al pueblo con lo necesario para sobrevivir, pero sin lo suficiente para levantarse en su contra mantuvieron la hegemonía, política, economía y social reservadas para sus familias, amigos y allegados. Cuando surgían voces divergentes y de protesta los políticos aplicaban soluciones, no muy alejadas de las aplicadas por los cárteles actuales, dinero y prebendas. Pero la culpa es nuestra, de la ciudadanía. Por permitirles hacer sus fechorías y no proteger nuestros derechos. 

 

GOTITAS DE AGUA: 

 

Lo cierto es que los partidos políticos nos han quedado pequeños, ya no nos representan. No esperemos otro terremoto para mostrar la voluntad de la ciudadanía para enderezar el camino. 

 

Las instituciones también medían entre poderosos y débiles, previniendo que cuando el débil llegue al poder, cometa actos de intransigencia. Pero para conseguirlo, las instituciones siempre deben ser más fuertes que el poderoso en turno, sin embargo, el gobierno y el partido oficialista han obrado en favor de la concentración del poder, sin prisa, pero sin pausa, debilitando a las instituciones, lo cual podrían lamentar en caso de perder las siguientes selecciones. "Si cierran la puerta, apaguen la luz". "Nos vemos Mañana"...