Opinion

EL PLAN DE TATIANA…

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Por Benjamín Bojórquez Olea 02 Mayo 2019

SOBRE El CAMINO

Se adjudica a Tatiana Clouthier, con su silencio y el famoso “Estrecho Político de Bering de Morena”, escapadas a su lugar de origen y el afianzamiento de un libro que lejos de conducirse como una máster en la literatura y la política, deja una introducción e instrucción a su compañera de curul y mano derecha en Sinaloa, Merary Villegas Sánchez, una incidencia relevante en la incertidumbre electoral que profundiza de nuevo la volatilidad y polarización política en el estado. Puede ser que Tatiana con sus planes encienda una barbarie política, ya que sus pretensiones están en el centro del país y en el poderoso estado de Nuevo León, pero tiende a simplificar la gravedad de una crisis de Morena en Sinaloa que arrastra desde el momento que asumieron el poder, debido a la lucha intestina desde el recinto legislativo local en Sinaloa, a la cual nunca han buscado solución de fondo; por el contrario optaron por enmiendas e ilegalidades legislativas para sortear los desafíos de poder. La emergencia actual, amén de lo que la diputada federal, Merary Villegas Sánchez representa en el imaginario político, está nutrida por otros factores, que le están causando muchos daños y perjuicios políticos a Morena y a Sinaloa. La actitud de Merary y su gente debió centrarse en enterrar esa división que cargan en su partido, pero por el contrario han jaqueado por todos los escenarios políticos a su principal rival en turno, que no es la derecha, esa ya no le interesa, sin duda su próxima víctima es la otrora y actual Presidenta de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del H. Congreso del Estado, Graciela Domínguez Nava y el Senador de la República, Rubén Rocha Moya, quien ya se siente el Mesías de Morena para el 2021. Esta situación de Morena ha evidenciado en superficie debilidades y juegos que llevan costo político por el poder, más aun para Merary y Tatiana, que no fueron elegidas por la gente para generar problemas, sino para servir a la sociedad y a su partido. Tatiana en lugar de generar encono político, debe intentar frenar como mandataria especial de palacio nacional el descontento social que vive en Sinaloa su gente y sus diputados. La oposición más consolidada, le apuesta a que la crisis socave hasta el final las posibilidades de suma cero, se trata de una apuesta temeraria pero es la receta que les calza. Quizás no haya sido una casualidad que entre el racimo de párrafos que Tatiana presentó en su libro dejó divulgar “Sinceramente” un llamativo: asoció un escenario utópico y utiliza a la diputada Merary Villegas Sánchez como carne de cañón, pensando que la misma conducta de la diputada federal sinaloense por el distrito 7 acataría ordenes por encima de las posibles pretensiones de palacio nacional; instó a la necesidad perentoria de reinstaurar el orden político de Morena en Sinaloa. En el primer caso, se trataría de un concepto que poco tiene que ver con ella misma y con los distractores que han generado encono y postulaciones anticipadas como ahora se dice llamar “la reina de la literatura y la política”. Es una falta de respeto que vengan a Sinaloa aprovechando el origen, para desestabilizar un comienzo que ya tiene meses incrustado en la sucesión que pretende Morena en el 2021. Esto a su vez pudiera generar entre los mismos morenistas e izquierdistas de sepa una capirotada de ideas y divisiones debido al pensamiento radical y de poca estatura política para enfrentar de forma madura lo que se viene, ya que desde el ring legislativo local es más que evidente. Es por eso , que Graciela Domínguez Nava y su compañera de curul y mamá de la diputada federal Merary Villegas, Victoria Sánchez es más que una simple conducta de fuego amigo entre ellas mismas, por ello y sin voltear a ver al mejor amigo de López Obrador, el Químico Benítez, pudieran estarle jugando el dedo en la boca, imaginando que Merary Villegas quiera la capital del tomate, Culiacán, y pensando a su vez no solamente en la dirigencia estatal de Morena que aun se encuentra acéfala, sino que también acomodarse su falaz estructura ante una inminente locura de brincar a la grande de Sinaloa. Ante todo esto, tienen todo calculado pero mal diseñado, para que dentro de unos meses se manifiesten. Es ahí donde todo lo que huela al Senador Rubén Rocha Moya, provocará divisiones al interior de Morena, aunque el mismo senador y ex rector de la UAS quiera mandar señales de desmarque debido a todo el desastre que ya traen desde el recinto local y desde la zona de confort provocado por la diputada federal, Tatiana Clouthier y su nueva adquisición, Merary Villegas Sánchez. Tatiana Clouthier sin duda sueña en el 2024 con ser la primera mujer presidenta de la República, pero a mi criterio la siento lejos y sin trayectoria suficiente, así como además pensar en un estado tan importante y poderoso industrialmente como Nuevo León, es a su vez un plan B, ya que pudiera quedarse sin la jícara y sin la miel. En ese sentido voltea a Sinaloa, no con la intención de plancharle el camino al presidente Municipal de Mazatlán, sino todo lo contrario, utilizar su experiencia y ese poder que dice tener desde el centro del país para mandar señales de unidad y tener en si dos mujeres y un camino demasiado lejos y bastante complicado.


GOTA Y CHISPA:


Ese representa el mayor problema que enfrenta ahora Tatiana y Merary. Que, en parte, las obliga a distraer esfuerzos de las decisiones políticas en Sinaloa. También le coarta la remota posibilidad de remontar el poder y el Gobierno. Tal realidad, explica la premura con la que Tatiana debió viajar lento hacía Sinaloa, privándose de asistir y presentar un libro y mensaje claro de que ella se considera la reina y su acompañante la princesa. La incertidumbre permitió tomar vuelo a conjeturas impensadas, que Tatiana y Merary resignen sus candidaturas a favor de ellas mismas. El círculo rojo, según la jerga presidencial y local. ¿Pura casualidad? “Nos vemos Mañana”…