El poder judicial, garante de la justicia social
Por Ricardo Fuentes Lecuona 24 Octubre 2023
Así las cosas...
En los cimientos de toda sociedad democrática y equitativa yace un pilar inamovible: un poder judicial independiente y robusto que garantice la igualdad ante la ley y defienda los derechos fundamentales de su ciudadanía.
En el caso de nuestro país, la importancia de este poder como el más alto garante de la justicia social ha sido innegable a lo largo de su historia, y particularmente en los últimos años, en los cuales los más grandes estragos en la marcha del progreso han sido frutos del criterio judicial.
Sin embargo, en los últimos tiempos, este pilar se ha visto amenazado por intentos claros y directos del régimen actual por someterlo a su voluntad política, poniendo en peligro los avances logrados en materia de equidad y justicia social.
El respeto a la independencia del Poder Judicial es un pilar básico de toda democracia que busca garantizar que los derechos de los ciudadanos estén protegidos contra cualquier abuso o arbitrariedad de los otros poderes del Estado. En México, la independencia del Poder Judicial se remonta a la Constitución de 1824, apegada a los principios de la ilustración y el republicanismo, y funcionando como una salvaguarda indispensable para asegurar que cada individuo, sin importar su posición social, económica o política, tenga acceso a una justicia imparcial y equitativa.
No obstante, recientemente, se han observado intentos del régimen actual por subyugar al Poder Judicial, erosionando su autonomía y menoscabando su capacidad para operar con total independencia, particularmente a través de ataques explícitos a sus miembros, descalificaciones públicas de sus labores y, más recientemente, la reducción de su presupuesto y de las garantías laborales de sus trabajadores.
Los ataques directos contra jueces y magistrados que han emitido fallos contrarios a los intereses del poder en turno, sumado a la implementación de políticas y narrativas que buscan coaccionar la labor judicial, son señales alarmantes de un intento de someter al Poder Judicial a una voluntad política que amenaza con desmantelar los pilares de la justicia social en México y regresar a un régimen de cacicazgos despóticos.
Es imperativo recordar que un Poder Judicial sometido a la voluntad política de un régimen en detrimento de su independencia es una bayoneta apuntada directamente al corazón de nuestros derechos y nuestras instituciones democráticas. La confianza en la imparcialidad de nuestras instituciones judiciales es vital para la cohesión social y el fortalecimiento del Estado de derecho.
Cualquier intento de cooptar al Poder Judicial para servir a intereses particulares atenta no solo contra la esencia misma de la democracia, sino también, por extensión, contra el bienestar y la justicia de toda la sociedad mexicana.
En este crucial momento, es imperativo que los ciudadanos defiendan incansablemente la autonomía del Poder Judicial y exijan el respeto a su independencia por parte de todos los poderes del Estado. La lucha por preservar al Poder Judicial como el garante máximo de la justicia social debe ser un esfuerzo colectivo, apolítico, que se enfoque en el respeto a los principios fundamentales de igualdad y equidad de nuestra República. México merece un Poder Judicial fuerte e independiente, comprometido con la defensa de la justicia social y la protección de los derechos de todos sus ciudadanos. La salvaguarda de este principio no es negociable y su defensa debe ser una prioridad incuestionable para todos aquellos que aspiran a una sociedad justa, equitativa y próspera.
Es hora de alzar la voz y defender la integridad del Poder Judicial como el baluarte irrenunciable de la justicia social en México. La fortaleza de nuestra democracia depende de ello. El ejercicio pleno de nuestros derechos depende de ello. La continuidad de la marcha del progreso depende de ello.