El PRI se desangra...
Por Benjamín Bojórquez Olea 06 Junio 2023
Sobre el camino
El dirigente nacional del PRI, Alejandro
Moreno, no ha mostrado capacidad y altura de
miras para llevar al Revolucionario Institucional a la competitividad. Es
más, no hay ninguna duda de que, en este preciso momento, vive su
mayor crisis no solo por las derrotas acumuladas en 2021, 2022 y 2023,
sino porque hay un verdadero desorden que no han podido evitar
quienes están a cargo de los órganos de dirección. De hecho, así es como se
explica tanta derrota consecutiva que sigue generando la falta de
liderazgos, aunque, también, el mal prestigio que arrastran
desde hace décadas.
Así como
el PRI llegó a la cúspide del poder, va
cayendo a la degradación por la tensión que se vive al
interior de un partido. En ese sentido, todas las decisiones y las
determinaciones del futuro del PRI pasan por manos de su
dirigente nacional, Alejandro Moreno. Se nota que no
hay diálogo ni participación para llegar a consensos y acuerdos, lo que ha
puesto contra las cuerdas al Revolucionario
Institucional.
Y esa será
la tónica del proceso electoral del 2024 si el PRI sigue
por esa ruta de la decadencia. Lo que significa que, el dominio que
mantuvo durante décadas el grupo Atlacomulco, llegó a su fin el pasado
domingo 4 de junio.
El PRI está
en la lona. A ello hay que sumarle la división interna y la lucha
constante que mantienen en la fracción del senado de la República por las
fricciones de su dirigente nacional, asunto que, a la postre, no han podido
superar por falta de diálogo.
Esa
misma polarización ha ido repercutiendo en las bases del
partido. Muchos han cerrado filas con Alito, dado que en sus manos
pasará la designaciónde espacios de participación popular en las
elecciones del 2024. En ese sentido, hubo hasta quienes hicieron
público su respaldo al presidente nacional pues con mayor razón, lo realizaron
a sabiendas de lo que se jugará en espacios legislativos.
Dicho en
otras palabras, no podemos negar que todo el control político del PRI ha
recaído en manos de Alejandro Moreno. El problema de ello es que,
desde hace tres años, el dirigente nacional no ha sabido administrar esa responsabilidad.
Toma decisiones malas; se equivoca en sus posturas y no tiene una agenda
política de la que pueda sacarle provecho, incluso su imagen está muy
desgastada por tanto escándalo que ha salido a la luz pública, lo que
ha implicado pérdida de simpatizantes y, sobre todo, fracturas que son
precisamente la causa que ha originado tanta decadencia
política.
Y lo que es
más preocupante para el PRI es que, hoy en día, se perfilan a
la extinción porque no han podido superar, primero, el estigma
que arrastran de la corrupción en décadas pasadas. Otro
aspecto, sin duda, es lo que confirma el propio termómetro ciudadano. Ya lo
dijimos: es muy poco probable que gane el 2024.
Observo
un PRI desangelado. El punto es que, la sociedad ha llegado
al hartazgogeneralizado de tantas décadas del poder del PRI.
Algo similar al proceso del 2018 donde ganó la esperanza de
un cambio, aunque, también, influyó la animadversión al
partido que en ese momento tuvo el poder: el Revolucionario
Institucional.
Y pese a
malos gobiernos actualmente, Morena y el Presidente siguen
marcando la agenda del país, pese, también, a la ignorancia gubernamental Morena continua
siendo un partido que predominará mínimo un sexenio más.
GOTITAS DE
AGUA:
Con lo
sucedido el pasado domingo 4 de junio Morena sumaría
el Estado de México y llegaría a 20 gubernaturas,
más dos de los aliados naturales: Morelos que gobierna el PES y San
Luis Potosí del Partido Verde; el PAN se
queda con 5, el PRI con 2 el
mismo número de Movimiento Ciudadano.
La "joya
de la Corona" la obtuvo el Presidente, el padrón más grande del
país, así como lo que representa el Estado de México para el PRI,
mientras que en Coahuila tal vez la perdieron desde la conformación
de las candidaturas o ¿una posible concertacesión a
priori? No lo sabremos.
Lo cierto
es que el único bastión electoral más grande del PRI que es el
Estado de México quedó en puras cenizas, lo que representa una muerte
anunciada. "Si cierran la puerta, apaguen la luz".
"Nos vemos Mañana"...