El PRI y su marca…
Por Benjamín Bojórquez Olea 14 Julio 2020
SOBRE EL CAMINO
Muy poco tiempo les ha llevado a los priistas sinaloenses abaratar aún más a su propio partido. Hablar de cuadros y liderazgos hoy en el tricolor en Sinaloa, es referirnos a la pedacería electoral que están recogiendo para organizar la batalla electoral de 2021 con borregos de poca monta que están muy lejos de ser auténticos militantes o bien, son empolvados esquiroles del pasado dinosáurico. En definitiva, el trabajo del líder sinaloense del tricolor, Jesús Valdés Palazuelos, ha sido sinónimo de trabajo y ese espíritu de competencia, sin embargo, es la misma militancia la que rodea a esa simulación digclerica, magnánima, pero también en su singular y agudo “estatus quo” lo que provoca a esa marca contaminada, que cuando se levanta siempre sale algo oscuro en relación a la corrupción, sin duda un tema electorero. El PRI en Sinaloa y a nivel nacional es presa de un pasado que lo persigue y lo conmina a seguir las viejas prácticas que se han replicado en otros partidos.El dedazo, la imposición y el veto están de regreso con el priismo sinaloense que muy difícilmente se levantará de la lona, aunque su propio dirigente antes citado camine, trabaje y busque siempre esa sinergia. Los grupos hegemónicos en el tricolor están de luto al ver una vez más, la llegada del oportunismo de elección que quizá no debe operar más allá de los acuerdos y negociaciones pactadas desde el centralismo que abandera el tal “Alito”, Alejandro Moreno y que hasta ahora sólo ha mostrado ser un Presidente de relumbrón sin liderazgo y empuje, por lo menos para buscar la unidad interna del propio PRI. El tricolor pasa por su peor etapa, ni siquiera es la sombra de una oposición que cuestione con buenos argumentos al partido gobernante tanto local como federal. ¿Cómo y con quiénes operará el PRI en los comicios de 2021? La nueva dirigencia le hace falta ser una real oposición, ya que son los mismos medios y analistas los que se encargan de abrirle los ojos a la sociedad, que sin nimiedades no llega ni agrupo político, pues se recuerda el pésimo desempeño del PRI en relación a una oportuna y eficaz encomienda como Partido Político. Al tricolor le cuesta desempolvarse y hacer una verdadera limpia de dinosaurios que siguen apadrinando la novatez e incompetencia de quienes hoy no están ni siquiera totalmente identificados con el PRI. Con este panorama tan raquítico, se antoja pensar que el papel del PRI para las elecciones 2021 no irá más allá de ser un esquirol de oportunidad que negociará lo que le ofrezcan con tal de no quedarse sin nada. El llamado voto duro del priismo en Sinaloa es ya una vieja leyenda agotada y acotada por las nuevas hegemonías políticas que están en medio de un reacomodo un poco más digno que el del tricolor. La desbanda que se ha dado luego de darse a conocer movimientos tras movimientos provoca una inflexión interna hacia el propio dirigente estatal del PRI, y la verdad no sorprende frente a esta nueva imposición. Si el PRI mantiene estos liderazgos forjados en la ocurrencia y padrinazgos, que le vayan avisando a Jesús Valdés que le tocará el indigno trabajo de ser el enterrador del tricolor en Sinaloa, lo que a mi criterio sería injusto no reconocer la itinerancia pues los logros han exacerbado una nueva forma de cambios políticos y nuevos ateos de la cultura social. Insisto, Jesús Valdés es un político muy cercano a la gente y a las nuevas propuestas sociales, sin embargo, no le alcanza debido a que su presidente del PRI nacional camina bajo los escombros y una entrega total a palacio nacional.
GOTITAS DE AGUA:
Las deficiencias, errores arrastrados, un sistema electoral manipulado, la corrupción, todo motivó una respuesta electoral inédita: de rechazo a la imposición maquinada. Fue entonces que treinta millones de mexicanos dijeron ¡BASTA! y votaron a favor de un liderazgo acosado por años, agredido, rescatándolo y poniéndolo a la cabeza con un ofrecido “Movimiento de Regeneración Nacional”. Sin embargo, es el mismo gobierno federal que no ha aprovechado las bondades del pueblo, sino sumergiéndolo más allá de las propias filosofías muertas. La táctica de laboratorio del PRI y de Morena siguen cavando su tumba política, ya que por un lado el PRI alimenta a Morena, y es la propia Morena la que desaprovecha sus oportunidades para construir una política dialogadora y con sentido común, sensibilizar ha sido uno de los peores errores de la 4T en Sinaloa, además la ineficacia de sus representados, tanto en el poder legislativo, como también en el orden público. “Nos vemos Mañana”…